El Tribunal Supremo brasileño condenó a tres importantes colaboradores del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, entre ellos su mano derecha, exjefe de Gabinete y uno de los fundadores del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) José Dirceu, por «corrupción activa», delito por el que podrían pasar entre dos y doce años en prisión. En concreto, estaban acusados de financiación paralela del PT para pagar las cuentas de campaña y comprar los votos de aliados en el Congreso.

Dirceu, exguerrillero de 66 años, fue el más importante ministro del gobierno de Lula desde su inicio en 2003 hasta su destitución por el Congreso en 2005.

Joaquim Barbosa, juez relator de este macroproceso, en el que hay 38 exministros, exdiputados, banqueros y empresarios imputados por delitos de «corrupción, blanqueo de dinero, evasión de divisas y formación de organización criminal», fue implacable con Dirceu, de quien dijo que las pruebas lo colocan «en posición central, de organización y liderazgo de la práctica criminal. Sin lugar a dudas, contribuyó intelectualmente a la configuración del esqueña criminal del `mensalao' -como se ha denominado en Brasil a la red de compra de apoyos parlamentarios-». Dirceu aseguró que nunca negoció pagos a partidos aliados, aunque dijo aceptar la sentencia.

También fue condenado con los votos de siete de ocho jueces, el expresidente del PT, José Genoino, que participó en la fundación del PT en 1980. Anteriormente, mantuvo una militancia activa en la Guerrilla del Araguaia, la principal guerrilla de Brasil en la década de 1970, cumpliendo por ello cinco años de cárcel durante la dictadura.

El Tribunal condenó, además, al extesorero del PT Delúbio Soares, al publicista y reconocido empresario Marcos Valerio, a sus dos socios Ramón Hollerbach y Cristiano Paz, y a la funcionaria de la Agencia de Publicidad Simone Vasconcelos.