El Caja Laboral Baskonia se halla encuadrado en el grupo C de la Euroliga, denominado «grupo de la muerte» por la indudable calidad de los seis contendientes y la igualdad que se prevé.

Entre ellos, los gasteiztarras deberán vérselas contra el vigente campeón continental, un Olympiacos que se presenta con pocos cambios -tal vez la inclusión de Georgios Bartzokas en el banquillo del Pireo en lugar de Dusan Ivkovic, amén de que han perdido a Keselj e incorporado al exjugador de Bilbao Basket Mavroeidis- y dispuesto a fiarse una vez más del talento de Spanoulis y la brega de sus jóvenes Mantzaris o Sloukas, la mano de Perovic, la versatilidad de Hines, Acie Law o Printezis -héroe de la última Final Four- y la intimidación del exbaskonista Dorsey. Todo ello en un Pabellón de La Paz y de La Amistad que honrará a los suyos por darles la segunda Euroliga de su historia cuando menos se la esperaban.

«Ya dijimos desde que tuvo lugar el sorteo que estábamos en el grupo más difícil y que tendríamos muchísimas complicaciones», declaraba al respecto Josean Kerejeta.

«Además tenemos problemas, sobre todo con el juego interior, pero hay que pensar que son diez partidos y que si estamos al nivel que nos corresponde, tenemos que pasar a la siguiente fase. Es decir, te puede pasar caerte del Top 16, pero para seguir entre los mejores equipos europeos sería un paso atrás importante quedarnos fuera dos años consecutivos», añadía el presidente del Caja Laboral Baskonia.

Cuando el dirigente lazkaotarra realizaba estas declaraciones a Radio Vitoria, no conocía que Taylor Rochestie se uniría a la lista de bajas del Baskonia, por culpa de un fuerte esguince de tobillo. Esa baja se suma a las de Calbarro y Pleiss, mientras que Milko Bjelica podrá debutar, aunque, por supuesto, todavía está lejos de su mejor forma. Asimismo, Eduardo Hernández-Sonseca también está en la expedición baskonista después de que el club le prorrogara su relación contractual por dos semanas más. La única duda del Olympiacos está en Perperoglou por un esguince de tobillo.

Al igual que su presidente, el flamante capitán baskonista, Fernando San Emeterio, también mostraba la convicción de pasar a la siguiente ronda como diera lugar. «El objetivo es pasar este primer grupo, que va a ser muy complicado porque hay rivales difíciles. Pero recordando lo del año pasado sabemos que no podemos desperdiciar ningún partido», dijo.

En ese sentido, la visita al Pireo motivaba sobremanera al alero cántabro. «Va a ser muy difícil, porque nosotros tenemos mucha gente nueva y ellos llevan desde el año pasado jugando juntos, pero tenemos que ir a por ello», advertía.