El historiador Iñigo Bolinaga recupera la propuesta que el lapurtarra Joseph Garat le hizo a Napoleón Bonaparte para crear un Estado vasco en su nuevo libro «La alternativa Garat». Garat habló con Bonaparte hace dos siglos, pero este tema supone un debate que aún hoy está sobre la mesa.

Hace 200 años, antes de que Sabino Arana hablara sobre el significado de Euzkadi como patria vasca, el Ministro de Justicia del Estado francés durante la Revolución propuso a Napoleón que unificara Vasconia en un solo estado llamado Nueva Fenicia -se creía que los vascos provenían de los fenicios- para tenerlo como aliado.

Su nombre, peculiar hoy en día, pero nada raro para la época, hizo que esta propuesta no llegara a nuestros días como algo serio. Sin embargo, tal y como explicó el editor de Txertoa Martin Anso, Garat era un hombre muy serio, nada pragmático, y la propuesta para nada se trataba de una simple curiosidad.

Bolinaga añadió que la propuesta de Garat incluía, no solo la unificación del territorio como un estado «satélite» al francés, sino también un planteamiento de leyes, lengua y territorialidad -modificando las provincias para que fueran más acorde económica y administrativamente-. Durante la Revolución francesa los territorios de José Bonaparte en el Estado español fueron desgajados y controlados desde París.

Una historia oculta

Este libro pretende dar a conocer lo que durante mucho tiempo no se ha conocido: las claves del proyecto de Garat. El lector podrá conocer acerca de la propuesta de crear el estado de Nueva Fenicia, y a su vez sabrá qué estaba ocurriendo en los territorios vascos en aquellos años. «Durante la guerra de contención las provincias vascas se rindieron al Estado francés, y esto trajo consecuencias, pero nunca dejaron de lado los fueros, que se tuvieron en cuenta al redactar las constituciones», afirmaron en la presentación.

El escritor explicó que «La alternativa Garat» no es un libro de novela histórica, sino una «historia novelesca» contada de un modo poco habitual. Los datos son presentados de forma narrativa, pero todos los datos son verdaderos y contrastados, y en caso de que se haya modificado algo de los acontecimientos históricos se ha señalado para no confundir al lector.

Para obtener la información, Bolinaga acudió al Archivo Histórico Nacional de Madrid en el que se guarda mucha información sobre el tema, así como a los libros escritos en la época, que vivieron los hechos en primera persona.