Cuando se están escribiendo estas líneas, no se sabe si se retransmitirá en directo el partido de fútbol que mañana jugará la selección de fútbol que representa al reino de España. Yo apostaría a que sí se retransmitirá, pero no se puede decir en qué canal se producirá este suceso. El motivo aparente es que se pide un millón y medio de euros como derechos de emisión y que esa cantidad no se recupera por la falta de anunciantes. Lo que viene a recordarnos que la rentabilidad de las retransmisiones deportivas por televisión está puesta en duda.

Estamos ante un efecto de la crisis general que tiene en el fútbol uno de los exponentes más claros y que apunta a que la burbuja se va a reventar en breve. Si el fútbol declarado en su momento de «interés general», no encuentra acomodo ni en la televisión de bandera, TVE, cuando se trata de lo único que ayuda a la famosa marca España, ya que se trata de la selección doblemente campeona de Europa y del mundo, la cosa tiene más visos de anunciar un grave problema que de ser una anécdota o fruto de una tensión entre compradores y vendedores de los derechos. Está claro que hay una tensión mercantil y que se ofrecerá, pero quien lo haga esperará hasta el último momento para comprar a precios de regalo en la subasta final.

No obstante, solamente hay que mirar los resúmenes de los partidos de fútbol para comprobar que sistemáticamente los estadios están medio vacíos, y que no se llenan ni siquiera con la presencia de los dos equipos grandes. Significa que el agujero económico en el que se están metiendo los clubes de fútbol se agranda, que dentro de muy poco empezarán a conocerse sus deudas con las instituciones oficiales, que se organizará una debacle monumental y que esperarán el rescate del gobierno para no crear una mayor consternación social. Porque puede existir porcentajes de parados insostenibles, rebajas salariales, recortes de prestaciones sociales, copagos en sanidad, desmontaje de la educación pública, pero como se cierren estadios de fútbol o desparezcan equipos, se puede armar la marimorena. El circo importa más que el pan. Atentos, porque esta burbuja, cuando explote, hará mucho ruido.