El ministro español de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, reavivó ayer el debate en torno a Catalunya al afirmar que el «interés» del Gobierno es «españolizar a los alumnos catalanes» para que «se sientan tan orgullosos de ser españoles como catalanes», dos identidades que, a su juicio, «enriquecen y fortalecen» al alumnado, unas declaraciones que provocaron un aluvión de críticas. También el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, terció en la polémica desde París al subrayar, tras decir que desconocía las declaraciones del ministro, que en materia educativa desea que haya «buena convivencia» y que «todo el mundo se sienta orgulloso de ser a la vez catalán y español».

Wert respondió así, en la sesión matutina de control en el Congreso, al diputado del PSC Francesc Vallés, quien preguntó al Gobierno si cree que hay evidencias que relacionen el crecimiento del sentimiento independentista en Catalunya con su sistema educativo. La respuesta del ministro provocó la reacción inmediata del diputado del PSC -que la consideró propia de la «formación del espíritu nacional» y del sistema educativo de la posguerra-, así como de otros partidos de la oposición y de la Generalitat, que consideró que la idea de Wert responde a una «visión preconstitucional de España».

Wert se mostró sorprendido de que se le acusara de mantener posiciones «preconstitucionales» y aclaró que apuesta por lograr un equilibrio entre la «doble identidad» de los alumnos catalanes.

A juicio del titular de Educación, «la deriva que ha tomado parte del sistema educativo» en Catalunya, facilita que se produzca una «minimización» de los problemas históricos que configuran la historia catalana en el marco español y que, en cambio, «se exageran, a veces hasta la caricatura, los elementos particulares de Catalunya».