Roger Federer se ha asegurado su puesto como número uno del mundo durante 300 semanas, tras alcanzar ayer los cuartos de final del Masters 1.000 de Shanghai. «Desde luego es un número increíble. Nunca pensé en algo así cuando era un crío. Entonces solo deseaba que mis sueños se hicieran realidad, jugar el circuito, en Wimbledon, quizás convertirme en número uno del mundo alguna vez», dijo el suizo tras vencer a su compatriota Stanislas Wawrinka.

A sus 31 años, Federer ha hecho realidad uno de los hitos más importantes de su carrera, en una temporada en la que ha sido capaz además de recuperar el número uno del mundo tras ganar Wimbledon por séptima vez, un puesto que se le había escapado el 31 de mayo de 2010.

Luego se lanzó a por el récord de Pete Sampras, que acumuló 286 semanas al frente de la lista, lográndolo el pasado 16 de julio. «Pero aquí estoy, con 300 semanas, y es increíble. Uno de mis logros más grandes. Estoy muy orgulloso de ese récord, sin duda», matizó Federer, que no obstante reconoció que Wawrinka se lo puso muy difícil.

«El fue el mejor jugador durante dos sets y yo tuve un poco de suerte al final. Fue un partido muy duro, pero también memorable», expresó el suizo.

«He logrado un hito increíble, una recompensa por no abandonar incluso cuando estaba cansado, lesionado, jugar sin importar como me encontrara durante estos años. Es una gran recompensa. Y siento una gran sensación de satisfacción por el número y por el esfuerzo».

Federer ha sabido amoldarse a todo tipo de situaciones. «No es fácil seguir al frente durante tanto tiempo y manejar todas las obligaciones que conlleva jugar al tenis. Hacer tanta prensa, el trabajo de promoción, tu nombre, lo que sea. Y lo he manejado muy bien», concluyó.