El Ibex terminó la semana como la empezó, con descuento y pocas perspectivas de mejora en el corto plazo. Además de la rebaja del ráting al Estado español por parte de la agencia de calificación S&P hasta el borde del «bono basura», los inversores no han podido ignorar el feo panorama de la economía española, incapaz de frenar su deterioro pese a los recortes sociales y el aumento de los impuestos. En esta línea, el cumplimiento del déficit acordado con Bruselas y el frenazo en la caída del PIB se han convertido en una auténtica fantasía. Sin embargo, la jornada de ayer resultó positiva para la prima de riesgo y la rentabilidad del bono a diez años al deslizarse a la baja. Al cierre, el Ibex, tras el espejismo del jueves, retrocedió un 1,06%, hasta los 7.652,40 puntos. En los últimos cinco días cae un 3,80%, mientras que durante este año baja un 10,67%. Las cesiones en París (-0,72%), Fráncfort (-0,68%) y Londres (-0,62%) fueron inferiores. En lo que va de ejercicio, el Dax sube un 22,62%, el CAC, un 7,26%, y el FTSE 100, un 3,97%. Por valores del Ibex, se destacó Popular (+0,62%) al detener la sangría de las últimas doce sesiones gracias a una balsámica y oportuna mejora de recomendación. El más fuerte del selectivo fue Indra (+2,06%). En el lado de los recortes se volvía a notar la presión sobre el sector financiero. Bankia restó un 3,44%, Bankinter, un 2,46%, Caixabank, un 1,83%, Santander, un 1,80%, y BBVA, un 1,46%. En París, la lista de los ganadores estuvo encabezada por Alcatel-Lucent y ST Microelectronics, que saltaron más de un 6%, frente a EADS (-3,07%), que encajó la pérdida más abultada.