La entrega del Premio Nobel de Literatura al chino Mo Yan el pasado jueves ha estado envuelta en polémica desde que se hizo pública. Al principio la reacción de la gente fue de sorpresa, puesto que todas las previsiones apuntaban a que sería el japonés Haruki Murakami («Sauce ciego, mujer dormida», «1Q84») quien recibiría el logro.

Sin embargo, al salir a relucir títulos como «Las baladas del ajo», «La república del vino», «Grandes pechos, amplias caderas» o «Sargo rojo», su novela más popular y que fue llevada al cine por el director Zhang Yimou en 1987, su nombre empieza a calar. Ahora el problema es otro, y es que sus detractores creen que no merece el premio por haber participado en un homenaje al discurso de Mao Zendong en 1942 -en el que expuso su visión del arte la cultura- . Por ello le acusan de ser cercano al poder, y le critican no haberse pronunciado a favor del premio Nobel de la Paz 2010, el chino Liu Xiaobo, que cumple una condena de once años de cárcel por incitar a la subversión contra el poder del Estado.

El escritor se defendió ayer expresando su apoyo a Liu y pidiendo que sea excarcelado «lo antes posible». En cuanto al resto de acusaciones, dijo que para empezar, el galardón que él ha recibido es literario y no político, pero que en cualquier caso, está claro que quienes le critican no han leído sus libros, que los ha escrito «bajo una gran presión» exponiendose a «grandes riesgos». Según él, sus obras indican que escribe «desde la perspectiva del ser humano».

Uno de quienes han criticado a Mo es el poeta Liao Yiwu que tilda al Nobel de «canalla» y de intelectual del régimen. Este manifestó su desacuerdo asegurando que «China es una dictadura y en una dictadura un escritor no puede dejar de un lado la moral».

El Gobierno le apoya

El premio Nobel de la Paz a Liu tampoco estuvo exento de debate. El Gobierno chino, que se alegra porque Mo Yan haya ganado el premio, criticó duramente la concesión del Nobel de la Paz a Liu.

El portavoz del Ministro de Exteriores chino, Hong Lei, destacó los «extraordinarios logros literarios« del premiado, y a su vez, el responsable de Propaganda del Partido Comunista, Li Changchun, declaró que el triunfo del escritor es un reflejo de la «prosperidad y el progreso de la literatura china, así como la fuerza nacional y la influencia cada vez mayores».

El artista Ai Weiwei, por su parte, denunció la «insensibilidad» de la Academia sueca responsable de otorgar el Premio Nobel de Literatura por haber premiado a Mo Yan mientra el disidente chino Liu sigue encarcelado.