La presión fiscal en el Estado español cae un 15,28% desde el inicio de la crisis
El Estado español va a contracorriente entre los integrantes de la OCDE en cuanto a presión fiscal se refiere. El informe anual confirma que la mayoría de los países ha elevado la presión fiscal desde el 2007, mientras que el Estado español la ha reducido en un 15,28%.
Juanjo BASTERRA | BILBO
La estrategia española en materia de política fiscal va a contracorriente de la que están aplicando las economías más desarrolladas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El informe estadístico anual sobre la fiscalidad de esa organización internacional confirma que en el Estado español se produjo la mayor bajada de impuestos desde 2007, que fue el último de crecimiento económico. En 2007 la presión fiscal sobre el PIB se encontraba en el 37,3% y en 2011 se redujo al 31,6%, una caída del 15,28%. En el caso vasco la reducción es mayor, ya que se encuentra por debajo de la barrera del 30%.
Los ingresos tributarios como porcentaje del PIB aumentaron en 20 de los 29 países que aportan datos a la OCDE y solo disminuyeron en seis de ellos. En 2011, Chile, Estado francés, República Checa, y Alemania registraron incrementos «más fuertes», mientras que Hungría, Estonia y Suecia llevaron adelante los mayores descensos.
«Este incremento en los ingresos fiscales en 2011 va en la dirección de los esfuerzos realizados por muchos países para fortalecer la consolidación fiscal», según dijo el secretario general de la OCDE, Angel Gurria. Añadió que «si los países desean participar con éxito en estas estrategias a largo plazo, los índices de aumento de los ingresos de impuestos deben ir de la mano con los esfuerzos por restaurar las perspectivas de crecimiento a largo plazo, fortalecer la actividad económica y crear empleos».
En este caso, reconoció que en los países europeos más afectados «por la crisis financiera y la recesión resultante, Grecia, Irlanda, Portugal y España, hubo una fuerte caída en los ingresos fiscales en 2008 y 2009» y remató indicando que en comparación con 2007, antes de la crisis, las reducciones de impuestos observadas en 2011 fueron mayores «a tres puntos en cuatro países: España, Grecia, Hungría e Israel». En este sentido, la presión fiscal española pasó del 37,3% en 2007 al 31,6% en 2011. Esta disminución conlleva una entrada menor de ingresos económicos a las arcas públicas.
Los países que mejor están afrontando la crisis son precisamente los que más presión fiscal tienen: Dinamarca (48,1%), Estado francés (44,2%), Bélgica (44%), Finlandia (43,4%), Noruega (43,2%) y, entre otros, en Alemania donde llega al 37,1%.
La presión fiscal en Dinamarca medida en porcentaje de PIB alcanza el 48,1%, que supone 16,5 puntos más que la española, que en plena recesión económica redujo la misma, limitando la entrada de ingresos a las arcas públicas.