Durante algo más de cuatro meses, las plazas de los pueblos se han convertido en el punto de convergencia de las bandas vascas más populares. Los nombres más habituales no han diferido en exceso de lo sucedido el año pasado, pero sí se han añadido singularidades que, de una u otra forma, han enriquecido el patrimonio cultural festivo.

Con el nivel popular y artístico al que tienen acostumbrados a sus seguidores, Esne Beltza han vuelto a ser uno de los referentes de la temporada, como lo han sido los implacables Ze Ezatek!, que  quizá haya podido ser la banda más solicitada de plaza en plaza.

Las banderolas también han sido testigo de la plenitud de bandas veteranas que no han perdido ni un centímetro de su frescura y pegada. Es el caso de Betagarri, a quienes vimos en plenitud en las fiestas de Ugao. Hesian han recorrido Euskal Herria de lado a lado con su ska contagioso, lo han demostrado en muchos escenarios, pero les vimos en Loiu.

No frecuentan mucho los escenarios de Euskal Herria, pero en Turtzioz apostaron por Gatillazo. Allí salpicaron los acordes del veterano Evaristo y la banda de jóvenes rockeros que lleva. Gatillazo apuesta más por el punk y el rock and roll guitarrero que por la puntual potencia del punk. No recorre ni gesticula tanto como años atrás, pero se encuentra con ganas y en forma.

Grandes continúan siendo Su Ta Gar. Sus actuaciones son más puntuales, pero donde son llamados, descargan aún el mejor metal del país. Su concurso es un seguro absoluto sobre lo que se va a recibir. En tiempos donde la pachanga se infiltra como una enfermedad silenciosa, es oxigenante que el metal aún tenga salida, aunque sea mínima o concentrada en la profesionalidad de Su Ta Gar.

A este trono de los grandes se han acercado bandas como Itziarren Semeak, con su mejor temporada desde su creación hará unos cuatro años escasos. Su ska-punk se encuentra en una fase de fiel asentamiento, además de hallarse en una dinámica agitada: ya están grabando su nuevo disco. Se les pudo escuchar en Galdakao y en Amurrio, entre otras plazas de importancia. En Galdakao estuvieron junto a Iheskide, una formación con posibilidades de ser uno de los grupos más activos la próxima temporada con su buena mezcla de punk y rock and roll, además de algunos estribillos muy quedones.

Minoritarios

Resulta realmente refrescante que en los programas de fiestas se incluyan grupos menos habituales, es bueno para la escena musical y también para el público, que tiene la oportunidad de descubrir ofertas musicales que no suenan en la radio ni están en la tele.

En este espectro, nos ha llamado la atención Matxura. Formación que pudimos observar en Errekaldeberri y Zalla. Matxura es una tormenta sonora, sin compasión. Agitan, provocan y machacan. Fernando Apo, Abio, Mikel y Txarli son el infierno en escena.
Matxura se llevan muy bien con otra de las formaciones que han podido tocar en fiestas sin ser eso que se llama cabezas de cartel, ON. Con Itsaso Rodriguez al frente, y un primer disco a punto de salir, ON plantea un repertorio cargado de rock alternativo sin más condicionantes. Itsaso, además, se defiende muy bien con su Gibson. En Zalla tocaron por sorpresa una canción de πLT, por lo que Abio debió de subir a escena cual guindilla en su interior. Gran momento.

Desde Mungia ha surgido Belako, quienes han tenido un verano bastante movido a pesar de ser una banda con muy poco tiempo en escena. Les ha ido bien y han demostrado que son, en lo alternativo, un grupo con capacidad para seducir a más que su público natural.

La lista es más amplia (Muturbeltz son un trueno), pero ser justos y completos es imposible.