Plan especial ante una semana con tres partidos y sin descanso
Concentración de seis días para romper maleficios
Los blanquiazules saldrán mañana a Valladolid y no volverán hasta el viernes tras jugar en Córdoba. Ganar fuera y romper la maldición copera, un doble reto.
Joseba ITURRIA
La Real confirmó ayer un plan de viaje que mantendrá a los jugadores blanquiazules fuera de Donostia desde que mañana se suban al autobús para viajar a Valladolid, donde juegan el lunes, hasta que regresen el viernes después de la ida copera del jueves para preparar el partido del domingo con el Espanyol.
Los blanquiazules se entrenaron ayer sin los cuatro lesionados -Bravo, Elustondo, Cadamuro y Zurutuza-, tendrán una suave sesión a partir de las once hoy en Zubieta y mañana se ejercitarán a partir de las doce a puerta cerrada antes de almorzar en el comedor de las instalaciones realistas y desplazarse por carretera a Valladolid.
Tras el partido del lunes, los blanquiazules pernoctarán en la capital pucelana, donde se entrenarán a las diez de la mañana el martes antes de viajar en autobús hasta Madrid y en AVE a Córdoba. Allí se entrenarán el miércoles a las 17:00 para preparar el partido del jueves a las 19:00. A su término, los blanquiazules viajarán en autobús a Sevilla, donde el viernes al mediodía tomarán un avión que les devuelva a Zubieta. Nada más llegar está previsto un entrenamiento a las cuatro de la tarde.
Serán seis días en los que los blanquiazules convivirán y querrán enmendar dos de los maleficios que les persiguen en los últimos tiempos. Buscarán en Liga ante el Valladolid una victoria que ponga fin a una racha de trece salidas en las que los de Montanier solo han conseguido tres empates.
En la Copa el objetivo es conseguir en Córdoba un resultado que permita superar la eliminatoria y obsequiar a los abonados con un partido contra el Barcelona en esta competición. La última vez que los blanquiazules se enfrentaron con los azulgranas en la Copa fue en la final de 1988 en Madrid, donde con un gol de Alexanco comenzó la negación con este torneo hasta convertirse casi en una obsesión para el club realista.
Un reto, no una obsesión
Camino de convertirse en una obsesión lleva también la racha de trece partidos sin ganar fuera de Anoeta de la Real. Desde que se impusieron en Valencia con un gol de Griezmann, los blanquiazules solo han sumado tres puntos y basta una derrota en casa ante el Atlético de Madrid para bajar a la zona de peligro.
El partido del lunes contra el Valladolid y el del jueves contra el Córdoba se presentan como dos buenas oportunidades dentro de ese reto de romper las trayectorias negativas. El Valladolid es un equipo al que en casa le gusta jugar con atrevimiento, es el quinto que más goles lleva de local. Eso debe traducirse en espacios que pueda aprovechar el equipo realista.
Ganar cuanto antes permitiría que se deje de hablar cada dos semanas del mismo tema y, lo más importante, subir posiciones en la tabla sin cargar de presión el próximo partido de Anoeta contra el Espanyol.
La Real lleva trece salidas sin victoria desde la última conseguida en enero ante el Valencia. Desde entonces suma diez derrotas y tres empates. Esta temporada es junto a Celta y Osasuna el único sin puntuar fuera.
Superar la eliminatoria contra el Córdoba permitiría a la Real jugar la siguiente, si el Alavés no da la gran sorpresa, contra el Barcelona. En el último partido copero con los azulgranas, la final de 1988, empezó la maldición en este torneo.
El Comité Español de Disciplina Deportiva agotó la vía de los recursos presentados durante toda la semana por el Valladolid para evitar la sanción de su delantero Manucho. Desestimó el último recurso y no le concedió la cautelar, con lo que no podrá jugar el lunes contra la Real.
De la Bella señaló ayer que el «Valladolid es un equipo similar a la Real cuando subimos. Hace un juego alegre y me veo reflejado en esa manera de jugar. La Real está en esa línea y será un partido bonito con dos equipos que quieren jugar el balón y el que más acierte ganará».
Los aficionados podrán ver hoy en Zubieta a las doce al cadete de Liga Vasca con el Santutxu, a las 16:00 al Sanse con el Noja y a las 18:00 al Easo con el Sestao. El primer juvenil visita mañana al Txantrea (12:00) y hoy el cadete al Aretxabaleta (10:30) y el infantil al Ordizia (11:30).
Eñaut Zubikarai señaló ayer ante la prensa que la mala racha como visitante no provoca una mayor presión a la plantilla, «pero tenemos que cambiar esta dinámica de no puntuar fuera pronto, porque a la larga esto pasa factura. No tenemos esa presión, pero fuera de casa hay que puntuar. El Valladolid en su casa es muy ofensivo, sabemos que en los últimos partidos han tenido muchas ocasiones, llegan mucho, pero vamos a tener nuestras oportunidades, debemos estar fuertes a balón parado y en contras y en todo lo que podamos hacerles daño».
Le recordaron que los tres goles encajados en los tres partidos que ha jugado han sido a balón parado y diferenció los dos del Betis, -«que son aspectos que debemos corregir»- al del Atlético, porque «es más mérito de Falcao, en el que no veo el balón porque tengo varios jugadores delante. Cuando lo veo es después de pasar la barrera y no tengo tiempo de reaccionar».
Algunos han responsabilizado al de Ondarroa del gol, cuando la responsabilidad principal es de Illarramendi, al insistir tanto en la falta, y de la barrera, en la que solo Mikel González saltó como deben hacerlo. También influyó que había muchos jugadores pequeños en el campo y que uno de ellos, Ifrán, se colocó en la barrera por donde pasó el balón sin saltar bien. El portero poco puede hacer porque, al margen de los jugadores que coloca de barrera, el rival pone más para obstaculizar su visión y disminuir su tiempo de reacción.
Ante las preguntas que en las últimas semanas le han planteado sobre su actuación personal, señaló que «trato de hacerlo lo mejor posible cada partido. Si lo hago bien, mejor, pero de lo que se trata es de estar correcto, de no hacerlo mal. La cuestión está en la regularidad. Yo el domingo salí contento de mi trabajo, pero en lo colectivo me llevé un mazazo porque perder así en el último minuto cuando has jugado bien es duro». Joseba ITURRIA
