CÁCERES-PLANASA NAVARRA

A. G.

Planasa Navarra sumaba su segunda victoria de la temporada, arrancada literalmente de los dedos de la pista del Cáceres. Los pupilos de Ángel González Jareño sufrieron lo indecible ante el cuadro extremeño. Incluso se vieron 11 puntos abajo, 46-35, al inicio del tercer cuarto, incapaces de parar el caudal de juego del base cedido por el Baskonia Van Oostrum.

Sin embargo, la escuadra iruindarra se aferró al partido. Los veteranos Ondrej Starosta -18 tantos y 16 rebotes para el pívot checo- e Iñaki Narros -19 puntos- lideraron la recuperación navarra que comenzaba con una absurda técnica que se ganó Carlos Frade, entrenador del Cáceres, cuando más controlado tenía su equipo el partido.

Se notaba el orgullo herido en las huestes de González Jareño después del correctivo del viernes pasado en el Anaitasuna. Los iruindarras se habían hecho votos para que aquella «vergüenza», como lo definió el entrenador navarro, no volviera a darse. Sin embargo, el juego de Planasa Navarra precisa un repaso a fondo. Douglass aún no está a tope, a Frutos, Kassé y Volkus les cuesta mantener el nivel de los titulares y si Cabanas no se alía con Starosta, el checo acaba por quedarse muy solo en la pintura.

Con esos condicionantes, y tras un empate a 21 del primer cuarto, Cáceres tomaba una renta de siete tantos, 42-35, en tiempo de descanso, renta que aumentaría hasta 46-35 al inicio del tercer período, con el dúo Van Oostum-Ashaolu haciendo estragos.

Pero llegó la técnica a Frade y, de su mano, la reacción navarra. A los Narros y Starosta se les unieron Douglass y Bonhome, los suplentes que más están aportando, y a los cacereños se les apagaron las luces, hasta el punto de que Planasa Navarra lograría adelantarse nada más empezar el último cuarto: 58-60.

El duelo se metió entonces en un juego de rachas. Lorenzo adelantaba 64-60 a los locales y Narros sumaba ocho puntos para el 64-68. Cáceres aún se adelantaría 69-68, pero la buena defensa y los tiros libres darían el impulso definitivo a Planasa Navarra, que esta vez pudo disfrutar tras tanto sufrimiento.