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IBILIZ IBILI | ANTXON ITURRIZA "Aizpel"

Aloņa: de la roca a los bosques. Espectacular circuito por cumbres de la sierra

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La sierra de Aloña es la continuación geográfica evidente de la de Aizkorri, pero no es por ello un entorno de importancia secundaria. Solamente la menor altitud de las cumbres que la forman hace que su renombre quede a la sombra de sus cercanas hermanas mayores. Desde Gorgomendi hasta el collado de Biozkorna se encadena una elegante sucesión de montañas calizas cuyo recorrido vamos a proponer.

El regreso lo realizaremos describiendo un largo flanqueo por los bosques de la vertiente norte. El puerto de Urteagain (510 m), en la carretera de ascenso al santuario de Arantzazu, será nuestro punto de partida. Del mismo aparcamiento que existe frente al restaurante arranca un camino que asciende en paralelo a una alambrada. Cruzamos una langa metálica (12 min), para, pocos metros más adelante, dar un brusco cambio de rumbo tomando a la derecha en un cruce marcado con un cairn.

Más adelante salimos a terreno abierto, con amplias vistas hacia el macizo de Zaraia. Al ganar un altozano, se llega a un cruce de pistas. Nuestra siguiente referencia será la gran torre eléctrica que vemos sobre nosotros. Hacia ella nos dirigimos siguiendo un sendero marcado entre los pastizales. Ganamos altura. La torre queda ya muy por debajo de nosotros cuando alcanzamos el promontorio de Belar (955 m) (50 min), identificable por su repetidor.

Seguimos ganando constantemente altura hasta alcanzar la cima de Gorgomendi (1.248 m) (1,20 h), cuya gran cruz fue inaugurada el 13 de octubre de 1901. A partir de esta cota, el itinerario va a mantener en todo momento la referencia del perfil de la sierra, tornándose cada vez más agreste. Pasamos por la cota de Kurtzezar (1.287 m) para enfrentarnos ya a la mole rocosa de Buetreaitz (1.319 m), hasta la que llegaremos intentando buscar entre los pedregales calizos la ruta más cómoda (1,45 h).

A partir de aquí, quienes estén ya aburridos de saltar entre rocas pueden optar por descender hacia los pastizales de Duru y encaminarse hacia el collado de Biozkona siguiendo una cómoda pista. Pero a quien le apetezca seguir gozando de amplias perspectivas y el punto de emoción que aporta moverse entre un laberinto calizo le invitamos a seguir por las crestas, teniendo siempre como referencia las marcas amarillas que nos guiarán por los pasos más idóneos.

Un pronunciado descenso entre las peñas nos lleva hasta el collado de Aitzarrate (1.213 m). Sobre nosotros queda la esbelta cumbre de Akaitz (1.315 m) hasta la que llegaremos sin dificultades guiados por las marcas amarillas (2,20 h). Nueva bajada entre rocas hasta la pequeña cota de Herrikoaitza (1.276 m). En adelante el terreno se dulcifica y, tras alcanzar un nuevo collado, iniciaremos el ascenso a la cima de Harriundin (1.273 m), siguiendo unos cómodos pasillos herbosos (2,55 h). Bajo nosotros se abre el inconfundible collado de Biozkona (1.199 m), hasta el que descenderemos en un cómodo paseo. A poca distancia queda la curiosa roca conocida como Amabirjinaren sillea, en la que según la tradición descansó la virgen de Arantzazu (3,05 h).

Iniciamos ya el regreso. Lo vamos a hacer por la vertiente norte, tomando inicialmente el antiguo camino que desciende hasta la minas de Katabera. Tras describir una curva nos situamos frente a lo que fueron lavaderos de las minas (1.050 m) (3,20 h). Esta explotación de blenda y galena estuvo activa de mediados del siglo XIX hasta 1935, y en ella llegaron a trabajar turnos de hasta 30 obreros.

Retrocedemos de nuevo al camino principal que pasa por debajo de las ruinas mineras, hasta llegar enseguida a una marcada curva. Aquí abandonaremos la pista que desciende hacia Udana, para continuar por un camino que mantiene altura hasta enlazar con una pista más amplia. Esta gana algunos metros en fuerte pendiente antes de ponerse a la altura de una borda con una mesa de cemento frente a su puerta (3,45 h).

Inmediatamente después se encuentra una fuente. Junto a ella sigue nuestra ruta convertida ahora en una preciosa senda que va flanqueando la ladera con vistas amplias hacia el valle de Oñati y la pirámide de Udalaitz. Alcanzamos el emplazamiento de una majada en la que se levantan dos bordas y varios apriscos (4,00 h).

Hasta la borda que está a menor altura llega una pista. Justo en la curva donde concluye este carretil se abre un ancho pasillo herboso que penetra en el bosque de alerces. En adelante caminaremos bajo la cubierta del bosque de hayas, siguiendo un camino marcado en la hojarasca y en ocasiones señalizado con hitos de piedra.

Siempre caminando en rumbo NO vamos perdiendo progresivamente altura hasta confluir con el camino de subida, poco antes de la langa metálica. El alto de Urteagain, desde el que hemos partido, queda ya muy cercano (5,10 h).

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