Susana SANTOLARIA

La octava gala de “Los vascos y la danza”, dirigida este año por Andoni Aresti, ha mostrado de nuevo la calidad de nuestros bailarines y coreógrafos. Un público que llenó prácticamente el aforo aplaudió el virtuosismo interpretativo que Alicia Amatriain desplegó junto a Alexander Jones en “Onegin”, la conjunción de técnica y sentimiento que Asier Uriagereka imprimió en sincronía perfecta con Bernice Coppieters en “Altro Canto”, y la emotiva coreografía que Jon Ugarriza ha creado para el estreno mundial del ballet “Donostia 1813”, que contó con un vital Ion Agirretxe, Cristina Casa y la capilla de música de la Catedral de Bilbo. También se elogió a las jóvenes promesas: la frescura expresiva de Celia Dávila en “Satanella” y la plasticidad de movimiento de Sara Echevarri en “Córdoba”.

A pesar de no contar con una gran industria a nivel local, los bailarines vascos han conseguido escalar alto en el espacio internacional. De hecho, tres de ellos figuran en el Top 100 Mundial de la danza que recoge la revista londinense “Dance Europe”: Alicia Amatriain, principal del Ballet de Stuttgart; Asier Uriagereka, primer bailarín de los Ballets de Monte-Carlo; y Lucía Lacarra, principal del Ballet de la Ópera de Munich.  ¿Cómo lo hacen? Academias locales privadas que les inician en la técnica, familias que sobrellevan la diáspora temprana de sus hijos, un público amante del ballet y una asociación dispuesta a fomentar este arte, entre otras cosas, con esta gala anual. Pero hay muchos proyectos se quedan a medio camino por falta de más apoyos.

Al finalizar el espectáculo, Asier Uriagereka recibió el premio ABBE 2012, y el candidato a lehendakari por el PNV Iñigo Urkullu y su esposa Lucía Arieta felicitaron a los participantes entre bambalinas.