Decenas de manifestantes irrumpieron en el Consejo Nacional libio y forzaron una suspensión temporal del debate donde se analiza la composición del futuro Gobierno, que había presentado el primer ministro, Ali Zeidan. Varios diputados negociaron con los asaltantes que abandonasen la sala y, tras un breve parón, se reanudó el debate, pero una segunda interrupción llevó al presidente del Congreso, Mohamed Magarief, a decretar el fin de la sesión, al entender que la entrada de manifestantes «no permitirá al Congreso cumplir con sus obligaciones de forma adecuada». Los manifestantes rechazaban algunos de los nombres incluidos en la lista de Zeidan.