«No hemos hecho absolutamente nada, la situación sigue siendo difícil», avisa Aduriz
Leones o leoncitos
El primer tiempo en Eibar y el segundo en Granada ponen en entredicho que los imponderables y la falta de conjunción colectiva sean los únicos problemas del equipo. ¿Falta de liderazgo? ¿Inexperiencia?
Joseba VIVANCO
Marcelo Bielsa sigue abonado al cuarto de litro a la espera de que, con humildad, que dijo él, gota a gota el nivel del recipiente vaya en ascenso, y eso mientras unos ven la botella medio llena y los más medio vacía. La falta de la necesaria conjunción colectiva y los imponderables ligados al fútbol y que nadie controla, son las explicaciones que el argentino da para tratar de argumentar por qué este equipo no termina de carburar. Lo que sucede es que tras observar los últimos partidos, es como si a los jugadores rojiblancos les faltaran algunas, digamos, actitudes y hasta aptitudes.
El resultado y, sobre todo, la impotencia que se vio en el choque ante el Getafe dejó de bajonazo a la afición y, seguro, a los propios protagonistas, al tiempo que volvió a abrir la caja de interrogantes. No se explicaba lo ocurrido al equipo, como no se explica qué pasó durante el primer tiempo copero en Eibar o durante la segunda mitad -y sobre todo en los primeros diez minutos- del domingo en Granada. Y en ambos casos sí que no tuvieron nada que ver ni la falta de conjunción colectiva ni los imponderables.
Imanol Ibarrondo, experto en coaching y liderazgo en el ámbito deportivo y tertuliano de ETBK y Radio Popular, aludía tras lo visto en Eibar a la falta de liderazgo en el equipo. «En el Athletic nadie da un paso adelante en el verde (...) Lo que me sorprendió ayer desde las gradas de Ipurua es que en el césped no escuché ni una voz, ni un grito de ánimo. Juegan mudos», escribía en su Twitter.
Inmediatamente después del choque ante el Granada, en la misma red social dos periodistas y buenos conocedores de la actualidad rojiblanca como Beñat Zarrabeitia y Juan Carlos Latxaga mantenían el siguiente e interesante diálogo sobre lo visto en la segunda mitad:
-J.C. Latxaga: Aduriz sostiene a un Athletic inconsistente.
-B. Zarrabeitia: La pregunta está en conocer si el equipo con más colchón será igual de inconsistente, ansioso e ingenuo...
-J.C.L: Espero que no, pero ya tiene jugadores con el suficiente poso para no serlo ahora. Hablamos de bastantes internacionales.
-B.Z: Sí, pero eso no sirve de nada cuando la cabeza funciona con una ansiedad excesiva, principal problema del Athletic actualmente.
-J.C.L: Ya, pero la experiencia y la veteranía sirven precisamente para eso, y a veces el `Ath' parece un equipo de juveniles (...) Y el problema es que estamos en noviembre. ¿Qué sería del equipo si llegara necesitado a abril?
Ansiedad -no hay que olvidar la llamativa reflexión de Gurpegi tras perder en Lyon cuando dijo que «el ansia de querer la victoria nos ha puesto nerviosos y no hemos sabido jugar los últimos diez minutos»-, inexperiencia, falta de liderazgo... Marcelo Bielsa ya dijo al acabar la temporada pasada que las finales se perdieron porque «todavía no maduramos».
La realidad es que estamos ante una plantilla joven, donde la veteranía recae en jugadores como Gurpegi, Iraola o Iraizoz, donde sobre todo al primero se le ve con capacidad de dar ese necesario manotazo sobre la mesa, arengar a los suyos y por eso seguramente es la mano derecha de Bielsa sobre el terreno de juego. Un vestuario al que le ha venido de perlas la llegada de un jugador con experiencia y curtido en mil batallas como Aduriz, y no solo por sus goles, sino por su capacidad de liderazgo y de tirar del carro. Fue revelador su malestar tras perder en Mestalla cuando dijo aquello de «me voy a casa muy desilusionado, jodido, decepcionado», a pesar de sus dos dianas.
El resto son futbolistas aun en ciernes, en formación, por muchos galones internacionales que puedan ir cogiendo los Muniain, Herrera o Amorebieta, y nadie ve desde fuera a De Marcos, San José, Ekiza, Iturraspe, Aurtenetxe o Susaeta poniendo las pilas a sus compañeros. ¿Y Llorente? Seguro que muchos pensaron la pasada campaña que hombres como él y Javi Martínez podrían estar llamados a liderar al equipo en años venideros, pero no dejó de ser un espejismo.
Sobre la cresta de la ola, la fama, los grandes titulares deportivos, las cansinas entrevistas nocturnas en los `Punto Pelotas' y `Futboleros', el ``Cola-Cao'' en plan coleguitas antes de los partidos, todo eso es ahora mismo historia; hoy, estos jugadores tienen ante sí una nada sencilla búsqueda de sí mismos. Un cursillo acelerado de cómo pasar del todo a la nada en solo un verano de por medio.
Quizá las visitas presidenciales al vestuario de Lezama ayuden, también el apoyo incondicional de la grada, pero cuando el árbitro pita el inicio del partido, son ellos los que deben dejar a un lado esa ansiedad, esa aparente inexperiencia y dar el paso al frente sobre el césped.
El mencionado Aduriz, héroe de la jornada, que ayer se pasó por sala de prensa tras el entrenamiento, hizo una invitación a poner los pies en el suelo tras conquistar Granada: «Tranquilidad no hay, no hemos hecho absolutamente nada, solo ganado un partido, la situación sigue siendo difícil, no estamos nada cómodos». Y prosiguió con su aviso: «Aún estamos en una situación muy delicada, necesitamos sumar de tres en tres para ir poco a poco a los puestos en los que queremos estar».
Tras recibir al Sevilla (16.00 el día 11) y visitar al Madrid (22.00 el 17), el domingo 25, a las 17.00, recibirá al Deportivo, al Eibar el 28 a las 19.30 y jugará en el Camp Nou el sábado 1 de diciembre a las 20.00.
La Juventus sigue cercando el fichaje de Fernando Llorente para enero, según informaba este lunes la web del diario italiano «La Gazzetta dello Sport». El juego de la Juve necesita con urgencia un «9».
Ayer todavía coleaba, y era lógico, lo sucedido al inicio de la segunda mitad en Los Cármenes, con Gorka Iraizoz corriendo desde el túnel de vestuarios donde escuchó el pitido de Muñiz Fernández, que no se percató de que faltaba el arquero navarro. Pero ni él, ni los jugadores andaluces que enviaron un balón largo al lateral del área en lugar de disparar a gol y, como reconoció ayer Aritz Aduriz y era evidente, ni sus propios compañeros. «No nos dimos cuenta porque si no hubiésemos intentado que no sacaran, pero el despiste fue de todos. Ni ellos ni el árbitro tampoco se dieron cuenta», declaró a modo de `capote' al portero. Jugada de chirigota pero igualmente reprobable tanto para el colegiado -que no consultó a Gorka si estaba listo-, como para el guardameta -argumentó que fue al baño y avisó a uno de los colegiados-, para los jugadores rojiblancos -¿dónde estaban mirando los defensores?- que ni se enteraron e incluso para su propio banquillo. Cúmulo de errores o quizá, como diría Bielsa, los «imponderables». J.V.