PRESIDENCIALES EN EEUU
Las otras elecciones
La totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado serán elegidos también hoy en unos comicios paralelos a las presidenciales. Tampoco Obama y Romney son los únicos candidatos a la Casa Blanca, y se celebran a su vez elecciones locales y a gobernador en decenas de estados, además de referendos sobre muy variadas cuestiones.
Dabi LAZKANOITURBURU
Tradicionalmente, el primer martes de noviembre concentra un sinfín de elecciones en la estela de las presidenciales que se celebran cada cuatro años. Los electores deberán rellenar un boletín de voto de varias páginas que incluirán a los candidatos a la Casa Blanca, al Congreso (Cámara de Representantes y Senado), a las Asambleas estatales y locales y, en muchos casos incluirán consultas de carácter social.
Frente a las presidenciales, en las que el candidato ganador en un estado se lleva todos los votos del correspondiente grupo de grandes electores, las elecciones al Congreso utilizan el sistema de escrutinio uninominal mayoritario a una vuelta.
La Cámara de Representantes se renueva hoy en su totalidad como cada dos años. Se vota por cincunscripción electoral, cada una con 700.000 habitantes y el número de escaños (435) no ha cambiado desde 1913. Los votantes eligen directamente al representante de su distrito, que debe responder en la Cámara directamente al mandato de la población de la zona por la que ha resultado elegido. Por ello, aunque existe una unión clara entre los candidatos y los partidos, se suelen producir trasvases de votos en función del grado de satisfacción de los electores con su representante.
Pese a ello, no se espera un giro electoral y todo apunta a que los republicanos, que tomaron el control de la Cámara en las elecciones de medio mandato en 2010, mantendrán su mayoría, aunque los sondeos apuntan a que perderán unos 20 escaños a favor de los demócratas, insuficiente para acabar con la ventaja republicana, computable hoy en 49 escaños de diferencia.
Y no es una cuestión baladí, tal y como se ha visto en los dos últimos años de la extinta primera legislatura de Barack Obama, quien ha denunciado el obstruccionismo de la mayoría republicana que le ha impedido llevar adelante proyectos-promesas electorales como la Ley de Inmigración.
La batalla del presupuesto se jugará en esta Cámara y los republicanos, que cuentan por su parte con una minoría de bloqueo de representantes cercanos al Tea Party, prometen rechazar todo incremento de impuestos, tal y como reclama Obama. A partir del 3 de enero de 2012, en la que asumirán sus funciones los nuevos electos, el presidente y la Cámara de Representantes deberán negociar una reducción del déficit, un dossier que emponzoña la política de EEUU desde el verano de 2011, cuando la calificación de la deuda de EEUU fue rebajada por Standard & Poor´s.
En el Senado, los 100 mandatos de seis años son renovados en un tercio cada dos años. Los votos son contabilizados a nivel de estado. Cada uno dispone de dos senadores, que no son nunca renovados el mismo año.
Los demócratas esperan mantener su ajustada mayoría de 53 escaños (contando con dos independientes alineados generalmente frente a los republicanos) aunque el control de esta asamblea se jugará en unos enfrentamientos muy ajustados en entre seis y nueve estados de la Unión.
En estos comicios son las circunstancias locales, y no la pelea entre Obama y Romney, las que marcan la victoria. A los republicanos les bastarían cuatro escaños suplementarios (manteniendo los 10 actuales que están en juego) para obtener la mayoría, pero el analista Charles Cook, del Cook Political Report, les augura una horquilla de entre dos y cuatro. Stuart Rothenberg, que publica sus predicciones en el Rothenberg Political Report, reduce la horquilla a entre cero y tres. «Si solo obtienen tres senadores suplementarios, necesitarían un vicepresidente republicano», resume Nathan Gonzales. y es que, en caso de empate a 50, es el vicepresidente de EEUU el que rompe el empate.
Según el modelo estadístico de Nate Silver de «The New York Times», que se basa en sondeos y otros parámetros, los demócratas tendrían un 88% de posibilidades de conservar el control del Senado, gracias al desfondamiento reciente de varios candidatos republicanos, incluido Todd Akin (Misuri, norte). Y es que hace dos meses, en agosto, los republicanos tenían un 61% de posibilidades de lograr la mayoría.
Akin, quien escandalizó a muchas y muchos al asegurar que «es muy raro» que una mujer violada se quede embarazada, ha perdido casi todas sus opciones ante la senadora demócrata saliente, Claire McCaskill, hasta hace poco dada por descartada.
Massachusetts (nordeste) alberga hoy la pelea por un escaño más cerrada entre la profesora de derecho Elizabeth Warren, ex responsable en la Administración Obama; y el republicano centrista Scott Brows, quien provocó la sorpresa al lograr la victoria en 2010 tras la muerte del histórico senador demócrata Ted Kennedy.
En Virginia (este) la interposición de un segundo candidato de derecha podría perjudicar a los republicanos y hacer bascular el estado en el lado demócrata. En Indiana (centro-norte) la imposición de un candidato del Tea Party, Richard Mourdock, frente al influyente senador republicano Richard Lugar -atacado por sus 35 años de carrera en Washington- ha dado alas a la aspirante demócrata Joe Donnelly. Más después de que Mourdock declarara que un embarazo producido por una violación respondería «a la voluntad de Dios».
En Arizona (sudoeste), feudo tradicionalmente republicano del que en 2008 perdió frente a Obama en la carrera a la Casa Blanca, John McCain, el incremento de la proporción de voto de la minoría latina, más escorados hacia los demócratas, ha despertado gran expectación por el resultado final.
Finalmente, en Wisconsin (norte), el republicano Tommy Thompson espera arrebatar este estado tradicionalmente centrista a la demócrata Tammy Baldwin, quien podría convertirse en la primera senadora abiertamente homosexual en la historia de EEUU tras haber sido la primera elegida de la Cámara de Representantes que declaró públicamente su opción sexual.
También hay peleas más o menos cerradas por escaños en el Senado en Maine, Montana y Nevada. Con todo, ni demócratas ni republicanos están en condiciones de lograr la supermayoría de 60 senadores necesaria para sacar adelante toda ley e impedir a la minoría servirse de sus poderes de obstrucción para bloquear el proceso legislativo.
Y es que, aunque históricamente el Senado haya sido una Cámara de compromiso en la que la adscripción partidista importaba menos que el estado origen del escaño, las posiciones se han endurecido desde la llegada de Obama al poder en 2008. De hecho, ningún senador republicano votó a favor de la reforma sanitaria en Navidades de 2009.
Más de 6.000 cargos en Asambleas Locales serán renovados en 44 estados. Cada estado, salvo Nebraska, cuenta con un Senado y una Cámara de Representantes. Los republicanos controlan 60 de las 99 Asambleas. Grandes ciudades como Orlando, en Florida y San Diego, en California, celebran comicios. Hoy se celebrarán asimismo elecciones a gobernador en once estados y dos territorios, Puerto Rico y las Samoa, cercanas a las costas de Nueva Zelanda. Los demócratas se juegan ocho estados y podrían perder Montana y Washington.
El mapa se completa con una miríada de referendos. Destaca la consulta no vinculante sobre el estatus de Puerto Rico y los referendos sobre cuestiones sociales -desde la pena de muerte hasta el consumo de marihuana- en varios estados de la Unión.
La elección presidencial no se limita en teoría, aunque sí en la práctica, al duelo Obama-Romney, y sus segundos Joe Biden y Paul Ryan. Hay otros candidatos a la Casa Blanca. Como tampoco hay dos partidos políticos, el demócrata y el republicano.
Aunque muy lejos en tamaño, la tercera formación más importante del país es el Partido Libertario. Liderado por el ex republicano y ex gobernador de Nuevo México Gary Johnson, defiende un Estado central mínimo y bajos impuestos, aunque incluye propuestas progresistas como la legalización de las bodas gays y de la marihuana y sugiere una inmigración abierta.
El más conocido, con todo, es el Partido de la Reforma, fundado en 1995 por Ros Perot como una alternativa por el desencanto del electorado ante los partidos tradicionales.
El Partido de la Tercera Postura promueve la supremacía blanca y es totalmente antiinmigrante. En la misma línea, el Partido de la Constitución defiende castigos severos a la inmigración indocumentada y una moratoria a la inmigración legal hasta garantizar que todos los subsidios federales a los inmigrantes sean abolidos o eliminados. El Partido Objetivista apuesta por eliminar el impuesto sobre los ingresos.
La lista incluye al Partido Verde, que promueve el respeto al medio ambiente, la justicia social, la diversidad social y la no violencia. En una línea parecida, el Partido Justicia promueve una reforma financiera electoral y busca reformar el sistema de rentas internas de EEUU, al tiempo que promete un sistema gratis de salud pública.
No faltan formaciones de izquierda. El Partido Socialista y Liberación se declara abiertamente marxista-leninista. El Partido Paz y Libertad nació durante la Guerra de Vietnam y defiende las libertades individuales y el derecho a la educación y a la salud gratis. El Partido Socialista se opone al capitalismo y al comunismo autoritatio y no falta una formación trotskista, el Partido Socialista Igualitario. Finalmente, el Partido Socialista de los Trabajadores está enfocado a la solidaridad con gobiernos como el cubano.
En total son 16 los candidatos a la Presidencia que aparecerán en las papeletas. GARA