Cada vez más hundidos en el farolillo rojo
Mendilibar seguirá en su puesto, al menos, hasta este próximo sábado
La reunión semanal de la junta directiva ni siquiera trató la continuidad del técnico vizcaino, ya que sigue confiando en el zaldibartarra para enmendar el nefasto inicio liguero del equipo. El encuentro frente al Espanyol se presenta como decisivo para el futuro del míster.
Natxo MATXIN
José Luis Mendilibar dispondrá de otra semana más para intentar enderezar el titubeante rumbo que lleva la nave rojilla, que solo ha conseguido sumar una victoria en las diez jornadas ligueras disputadas hasta el momento. Con buen criterio, y al menos de puertas para afuera, los responsables de la junta directiva confirmaron que el despido del técnico zaldibartarra no es una cuestión que se haya puesto sobre la mesa.
De hecho, en la reunión que celebró dicho órgano en la tarde de ayer ni siquiera fue uno de sus puntos del orden del día, lo que no quita para que la situación del equipo preocupe, y mucho, algo que podría derivar en la adopción de medidas más traumáticas. Todo apunta a que será el resultado y la imagen que dé el equipo en el encuentro de Cornellá el que podría determinar un cambio en la posición de los rectores osasunistas.
Aunque no de forma mayoritaria, parte de El Sadar ya mostró su descontento a la finalización del choque contra el Valladolid y, si bien echar al entrenador no siempre es sinónimo de resultados positivos, acostumbra a ser la primera decisión drástica que se adopta. Un nuevo tropiezo en el estadio periquito convertiría en insostenible la coyuntura, pese a que sea cierto que el vizcaino es un míster que encaja a la perfección en los parámetros por los que se rige Osasuna.
Y lo mismo opina la plantilla, que está a muerte con el míster, independientemente de que unos hayan jugado más que otros, o gocen de más o menos confianza por parte del técnico. Porque la realidad es que casi todo el vestuario rojillo ha dispuesto de sus oportunidades y se han conjurado en hacer piña para intentar salir de la complicada situación en la que se encuentran.
El último en dar testimonio de tal circunstancia fue Kike Sola, quien tuvo en su cabeza la posibilidad de que se quedasen los tres puntos en Iruñea, pero se encontró con el paradón de Dani Hernández. «Como es el capitán del barco -refiriéndose a Mendilibar-, recaen todas las culpas sobre él, pero es justo al revés, es culpa nuestra. Estamos al cien por cien con el míster y todos debemos estar unidos», indicó el delantero ribero.
En este sentido, el ariete navarro desveló que los jugadores habían mantenido una charla con su técnico respecto a «insistir en el trabajo que estamos realizando, nadie puede tener duda de que hay sacrificio por parte del equipo. Frente al Valladolid, se demostró que el contrario nos genera pocas ocasiones y estamos mucho tiempo en el campo del rival», destacó.
Limpiar la cabeza
Utilizando un símil informático, Kike Sola apostó por, como se suele hacer con la papelera virtual de cualquier ordenador, «limpiar la cabeza sobre este último partido y los anteriores porque tiene que cambiar la suerte. Si continuamos con estas mismas ganas desde el minuto uno, como hicimos en Gijón y ante el Valladolid, vamos a ganar seguro. Es cuestión de rachas, como las que tenemos los delanteros, pero hay que insistir en los grandes detalles».
Y el tiempo apremia, el segundo triunfo debe producirse en Cornellá, como ocurrió la campaña anterior. «Vamos a salir con la mentalidad de ganar porque el Espanyol es un rival directo, que está ahí», adelantó el atacante navarro.
Osasuna jugará dos partidos consecutivos en viernes, concretamente el derbi contra la Real -Anoeta, día 23, 21.30- y frente al Rayo -El Sadar, día 30, 21.00-. Entre medio se disputará la vuelta copera, quizás el martes.
Patxi Puñal estará entre tres y cinco semanas de baja tras detectársele una rotura fibrilar del gemelo interno de la pierna izquierda. El capitán fue sometido en la mañana de ayer a una resonancia magnética en la clínica San Miguel después de que el uhartearra finalizase el encuentro frente al Valladolid con algunas molestias.
Un nuevo contratiempo en la histórica temporada que está viviendo el veterano futbolista, que apenas ha podido jugar tres encuentros consecutivos. No hay más que recordar el ejemplarizante castigo que tuvo que padecer después de jugar contra el Barcelona, al caerle cuatro partidos.
No fue la única consecuencia en forma de lesiones con la que concluyó la derrota contra los pucelanos. Masoud también acabó cojeando después de sufrir un golpe. El iraní será de nuevo valorado mañana para determinar si está a disposición de Mendilibar de cara al trascendental encuentro del sábado en Cornellá.
Por su parte, Lamah y Nino entrenaron por su cuenta. El primero, junto al readaptador físico, Josu Sesma, y el segundo, de manera individualizada. En lo que se refiere a este apartado, la buena noticia es que Marc Bertrán participó en alguno de los partidillos con el resto de sus compañeros.
Con la lesión de Puñal, ya son dos las bajas seguras con las que deberá lidiar el técnico rojillo para medirse a los periquitos en su estadio, ya que a Rubén le caerá con toda seguridad un partido de sanción tras ver la roja frente al Valladolid.