Al menos 50 soldados murieron ayer en un atentado kamikaze en Hama, en un ataque reivindicado por el Frente Al Nosra, cerca de un centro militar rural. Haciendo estallar su vehículo, el kamikaze dio uno de los golpes más duros al Ejército sirio desde el inicio de la revuelta. La oposición calculó medio centenar de muertos.

Otro atentado tuvo lugar en Damasco, en el barrio residencial de Mazze, que alberga las embajadas y sedes de los servicios de seguridad, donde fallecieron al menos once personas y decenas resultaron heridas, entre ellas mujeres y menores, según la agencia oficial de noticias, Sana, que informó de que el explosivo había sido colocado en los bajos de un vehículo.

Por otra parte, los insurgentes también sufrieron importantes pérdidas en los bombardeos de las tropas del régimen en la región de Idleb.

También en Alepo continuaron los combates en torno al aeropuerto y en el noroeste de la ciudad. Algunos residentes relataron que fueron los choques más duros de la última semana. La oposición contabilizó al menos 200 muertos entre soldados, rebeldes y civiles a lo largo del país.

Por otra parte, la oposición agrupada en torno al Consejo Nacional Sirio (CNS) intenta hacer frente a las críticas por su falta de representatividad, que reconoce «en parte justificadas», y afirmó haber sumado a otros 13 grupos opositores, durante un encuentro en Doha con el obje de constituir una nueva dirección política.