El cierre de la central nuclear de Garoña está cada vez más cerca. Así se desprende de la nota remitida ayer por el Consejo de Seguridad Nuclear español, que, tras confirmar la recepción de la documentación asociada a la declaración de cese definitivo de explotación de la citada instalación, destacó que la planta burgalesa cerrará sus puertas el próximo 6 de julio de 2013, tal como se recoge en la Orden Ministerial aprobada por el Gobierno del PSOE.

Según explicó el CSN, el 6 de julio se ha convertido en la fecha de defunción de la instalación atómica después de que Nuclenor, la empresa propietaria de Garoña, entregara ayer al órgano de seguridad la información vinculada al cierre del reactor, de acuerdo con lo establecido en la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) aprobada por el Pleno del Consejo el pasado 12 de setiembre.

Una vez cumplido este trámite administrativo, cuyo límite expiraba hoy, por parte del titular de la planta -propiedad al 50% de Iberdrola y de Endesa-, el CSN anunció que durante los próximos días las direcciones técnicas del ente estatal analizarán la información remitida por Nuclenor y presentarán un informe ante el Pleno del Consejo para su posterior estudio y envió al Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Sin prórroga

El final de Garoña comenzó a vislumbrase el pasado mes de setiembre, cuando Nuclenor confirmó que no iba a solicitar una prórroga para continuar explotando la planta burgalesa, inaugurada en 1971. Entonces los propietarios de la central afirmaron que preferían esperar a que se aclarara la «incertidumbre regulatoria» del sector nuclear, que se ha visto afectado por las nuevas medidas fiscales impuestas por el Gobierno de Mariano Rajoy. En un primer momento, se interpretó como una medida de presión.

La empresa envió un escrito al Ministerio de Industria español para solicitar información adicional sobre las pretensiones de Ejecutivo del PP. En la misiva, Nuclenor mostraba su desconocimiento sobre cómo afectarían a la central las nuevas condiciones impositivas, diseñadas para hacer frente al déficit tarifario del Estado. Y la eléctrica lanzó un órdago al PP al afirmar que, «en caso de que se despejaran las incógnitas en torno a la viabilidad económica de la planta, Nuclenor podría solicitar la renovación», como le había propuesto con anterioridad el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.

Sin embargo, el escrito de Nuclenor no obtuvo la respuesta deseada por la empresa. Lejos de eliminar los impuestos, el titular de Industria, que se mostró sorprendido por la decisión de la eléctrica, instó a Nuclenor a pedir la prórroga de la central nuclear hasta 2019 y rechazarla con posterioridad «si las medidas de la reforma energética no estuvieran en consonancia».

Por su parte, hace tan solo una semana, la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, ya dio por hecho el cese de explotación de la central nuclear de Garoña. Subrayó que el cierre definitivo se ejecutaría en julio de 2013, y ayer lo confirmó tras la decisión de Nuclenor.