Las delegaciones de las FARC y del Gobierno de Juan Manuel Santos se reunieron ayer en La Habana para ultimar la metodología de las reuniones que arrancarán el próximo día 15 en la capital cubana con el problema agrario como primer punto.

Ambas partes declararon que este encuentro era «una cuestión reservada» en el que debían ultimar «cuestiones técnicas como el sitio donde se celebrarán las conversaciones, los equipos tecnológicos y de otra índole que se necesitan, oficina de prensa conjunta,...

También estaba previsto que fijaran los días en los que se reunirán, cuántas horas, las pausas que harán para que los negociadores hagan sus reflexiones y la vía por la que la mesa trasladará a la opinión pública el contenido de los diálogos.

El lunes, llegó al aeropuerto José Martí de la capital cubana la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer, alias Alexandra, que fue recibida por Iván Márquez y Jesús Santrich. Con su llegada está ya casi completo «el equipo de las FARC, porque nos falta Simón Trinidad», recordó Rodrigo Granda, miembro de la Delegación de Paz de las FARC. Trinidad, que ya estuvo en el fallido proceso del Caguán, está preso en EEUU desde 2004. Las FARC exigen su participación de «cuerpo presente» en este nuevo intento. El Gobierno, sin embargo, alega que esa cuestión depende del Gobierno estadounidense y que Santos no puede hacer nada al respecto.

La muerte de Cano

Las partes deberán decidir también cuál será el nivel de participación de la sociedad civil. En un comunicado fechado el pasado domingo, las FARC instaron a «todos los sectores populares a reclamar su participación y decisión dejando oír desde ya sus múltiples voces y propuestas».

Solicitaron al Gobierno que explique «sin más demora los procedimientos, mecanismos, metodologías y dinámicas que posibilitarán que las expresiones diversas de la sociedad sean parte del proceso de diálogo. Ya no estamos en momento secreto de exploración. Es hora entonces de que también en la Mesa de La Habana se le de su lugar a la sociedad, en movimiento y con determinación, y que Colombia toda se convierta en territorio de diálogo, justicia y reconciliación».

La guerrilla también se refirió a la muerte ahora hace un año del jefe del Secretariado Alfonso Cano en una operación del Ejército y de la Policía ordenada por el propio Santos, que así lo confesó recientemente. «El mandatario colombiano dijo ante las cámaras del mundo que desde su función de jefe de Estado decidió violar todas las reglas del derecho internacional humanitario y las normas que regulan la guerra al aplicar la pena de muerte a quien, según sus propias palabras, `estaba cercado'. Nos preguntamos si alguna autoridad judicial habrá adelantado algún tipo de investigación», remarcaron.