La desigualdad y el abuso de poder son la principal preocupación de los chinos
La brecha entre ricos y pobres y el abuso de poder son las principales preocupaciones de los chinos, según una encuesta virtual hecha por el diario de la Liga de la Juventud del Partido Comunista Chino, que mañana comenzará su congreso para renovar a su cúpula.
GARA | BEIJING
Las desigualdades entre ricos y pobres así como la ausencia de control sobre los centros de poder son vistas como una amenaza para el desarrollo durante los próximos diez años, según 11.400 internautas chinos entrevistados por el «Diario de la Juventud del Partido Comunista».
El sondeo fue publicado ayer, a dos días del inicio del Congreso XVIII del Partido Comunista Chino, en el que la cúpula del PCCh encumbrará en el poder a Xi Jinping, casi un desconocido para una ciudadanía que sí conoce a su esposa, una popular cantante desde hace 30 años. La situación recuerda a la que se vivió hace 10 años en torno al ahora presidente Hu Jintao, a quien muchos apenas conocían antes de que ascendiera al poder, primero del partido, en el XVI Congreso de 2002, y luego a la presidencia en 2003 (como ocurrirá con Xi en 2013).
Aunque no es representativo de la población en general, los usuarios que participaron en esta consulta virtual proceden de todas las regiones de China, aunque son más jóvenes que el promedio de todos los habitantes y un número importante vive en zonas urbanas. Además, solo incluye 4,2% de migrantes internos, los cuales representan casi el 20% de la sociedad.
Un 75,4% de los entrevistados considera una amenaza las diferencias sociales, mientras que un 59,4% califica de problemático el poder «sin restricción» de sus dirigentes.
Además, un 52,8% cree amenazante «el fortalecimiento de los grupos de interés» y un porcentaje apenas inferior afirma estar preocupado por «la degradación del medio ambiente».
«La negación de los intereses de las categorías más débiles» de la sociedad constituye un obstáculo para el desarrollo para el 50,3% de los encuestados, pero solo el 31,3% de ellos dice estar preocupado por «la ralentización del desarrollo económico» y el 28,2% por «las tensiones internacionales». De hecho, un 56,6% asegura tener «plena confianza en el desarrollo de China en los próximos diez años».
Por otra parte, un 68,8% espera que se mejoren la atención médica y los servicios de salud, un 62,8% la educación y un 60% la seguridad de los alimentos. Los medios informan casi a diario de casos de adulteración de alimentos, incluido el reenvasado y la reventa de aceite de cocinar y la contaminación de productos lácteos con sustancias venenosas.
Estos datos coinciden con las conclusiones de la encuesta divulgada el pasado 16 de octubre por Pew Global Attitudes China, que entrevistó a más de 3.000 personas. Según explicaron sus autores, «los efectos colaterales del rápido crecimiento económico, incluida la brecha entre pobres y ricos, el incremento de los precios y la contaminación son las principales inquietudes y también hay una creciente preocupación por la corrupción política».
La mitad de los encuestados dijo que los funcionarios corruptos son un problema muy grande, 11 puntos porcentuales más que hace cuatro años, mientras que un tercio consideró que los empresarios corruptos son una gran preocupación.
Muchos chinos se han indignado por varios y sonoros casos de corrupción, entre ellos el accidente que provocó el hijo de un conocido funcionario con un Ferrari de alta gama.
Se da por sentado que Xi Jinping sustituirá a Hu como líder del PCCh en el congreso del partido y que el actual viceprimer ministro Li Keqiang será designado «número dos» Posteriormente, durante la reunión plenaria anual del Parlamento en marzo de 2013, Xi será elegido presidente del país y Li primer ministro.
Hu y Xi han propuesto que el relevo de los altos cargos del Partido Comunista Chino sea más democrático que en el pasado a fin de aumentar su legitimidad de cara a la población.
Los 24 miembros del Politburó son elegidos por los 200 miembros del Comité Central, los cuales, a su vez, son designados por los 2.000 delegados del Congreso. Hu y Xi quieren que haya un 20% más de candidatos que cargos en el nuevo Politburó.
El empresario británico Neil Heywood, por cuya muerte fue condenada Gu Kilai, esposa del exgobernador de Chongqing Bo Xilai, uno de los principales políticos de China, pasaba información al servicio secreto británico exterior, el MI6, según publicó ayer «Wall Street Journal».
Bo, que aspiraba a conseguir un puesto en el Comité del Politburó, el principal órgano ejecutivo del país, está a la espera de juicio por su presunta implicación en este suceso. El mes pasado, la Asamblea Popular de China le expulsó del organismo por este hecho, por el que ya han sido encarcelados su esposa y su antiguo jefe de Policía Wang Lijun.
Heywood se reunió en 2009 con un agente del MI6 y siguió reuniéndose con él meses después y proporcionándole información acerca de los asuntos privados de Bo, según el periódico. El Gobierno británico negó que fuera un espía.
Preguntado sobre esta información, el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hong Lei, remarcó que el caso «ya está resuelto». GARA