BERA BERA 36

CASTELLDEFELS 23

Un Bera Bera con la velocidad de crucero metida en defensa; en la portería -9 paradas de Zoqbi en el primer cuarto de hora de partido, a los 14 primeros remates catalanes-; y en su juego ofensivo -cuando no marcaba gol de contraataque lo hacía en jugadas rapidísimas, finalizadas sobre todo desde el extremo, en penetraciones, o en esa jugada ya habitual: saque de centro rápido tras gol rival y remate de Rubio desde el extremo izquierdo-; arrollaba al Castelldefels y dejaba el partido solventado al descanso (21-8, su segunda mayor anotación en la primera mitad en esta temporada, tras los 23 goles al Valencia en el Gasca).

Y sin embargo, el Castelldefels causaba buena impresión, sobre todo considerando que no podía contar con sus tres mejores argumentos ofensivos (ni Martín, ni Musons ni Gómez), demasiado hándicap ante un rival tan potente como Bera Bera. De hecho, su propuesta de juego se parece un poco al estilo donostiarra: muy dinámico, con gran movilidad de jugadoras y balón -invasiones, cruces, y en su caso muchos desdoblamientos a pivote por sus escasos recursos-, luchador, con buen fondo físico, y exprimiéndose al límite.

Tras el 21-8 al descanso se podía esperar una segunda parte de trámite, pero nada más lejos de la realidad. Y eso que Bera Bera, fiel a sí mismo y con una actitud encomiable, no bajó el pistón en ningún momento, pero el Castelldefels siguió peleando con lo que tenía, y aprovechó la conjunción de varios factores para dar vidilla al partido: para empezar, su portera Lladró siguió parando, como Bolstad e incluso un poco más, y coincidió que no era el día de Rodríguez en la portería donostiarra.

Además, las catalanas protegieron mejor el balón y, aunque la ventaja llegó a 15 goles (27-12), la doble exclusión casi simultánea de Ederra y Dunay propició un parcial de 0-4, que luego se extendió hasta un 2-10 (29-22).

Reyes Karrere volvió a sacar a Zoqbi, Rubio y Eli Pinedo, que acabaron con el sueño catalán de seguir remontando: Zoqbi le paró un penalti a Sans, y entre Rubio y Eli Pinedo marcaron 5 goles en los últimos 5 minutos, incluyendo uno desde su área de Rubio al ver que Lladró salía de la suya para entorpecer el contraataque, y otro perfecto de ejecución: a Royo el balón le daba en el pie en mitad del campo y Eli Pinedo, que estaba allí mismo, lo dejó y salió corriendo para que llegara Rubio, lo cogiera y lo enviara en un pase perfecto, de béisbol, fuerte, recto y preciso, a las manos de la alavesa, que solo tuvo que rematar a gol.