Nazioartea
A propósito de Thiago
Nació el hijo de Messi y mamá Antonella se quedó al cuidado, mientras Alex Ferguson alarga su leyenda.
Joseba VIVANCO
Y por fin, en el año 52 de la Iglesia Maradoniana -Diego acaba de soplar velas- nació Thiago -en hebreo «El que domina a Dios»- Messi Rocuzzo, que a su tierna edad se ha convertido en el leproso 2.888.152 de Newell´s, club de Rosario -a su rival Central le queda el orgullo de que el Che Guevara y el humorista y escritor Roberto `el Negro' Fontanarrosa eran canallas- en el que su padre se forjó antes de firmar en una servilleta por el Barça con 13 años, pero dejando claro que «soy argentino, rosarino y leproso. Las costumbres y los afectos no se pierden».
Al escuchar la noticia de su venida al mundo, mi hija, de diez años, me sugirió que Messi no jugaría su partido contra el Celta de este sábado. Le pregunté el porqué. «Porque tiene que cuidar a su hijo», me contestó inocente. «Bueno -traté, más inocente aun, de aclarar su curiosidad-, ya está su madre para cuidarle». Y me replicó: «Y su madre, ¿de qué trabaja?».
Seguro que Thiago Messi Rocuzzo -que nació 869 días después que el hijo de Ronaldo, ¡los mismos que se llevan la estrella portuguesa y el astro argentino!- no pasará las dificultades pecunarias que debió de vivir su progenitor, al que sacaron adelante Jorge Horacio Messi, trabajador de una fábrica, y Celia María Cuccittini, una limpiadora a tiempo parcial. Con cuatro añitos, Leo se inició en las canchas de tierra del Grandoli, hasta que un día papá Jorge no pudo pagar la entrada, no lo dejaron pasar y fue la última vez que aquel chaval se puso la camiseta naranja del equipo. Y es que no todos pueden nacer en una familia como la de Alesandro Del Piero, muy acomodada y cuyo padre le instaló de chico hasta un pequeño campo de fútbol con luz artificial para que pudiera jugar con sus amiguitos.
Leo Messi jugó ante el Celta en el Camp Nou. Fue Antonella la que se quedó al cuidado del bebé. Como esas miles y miles de madres que velan y guían a sus hijos futbolistas sea en campos de tierra o en céspedes de Champions. «Fui `boludo' hasta los trece años, porque no tenía dolor de estómago: ella quería que comiéramos nosotros. Por eso la amo», recordó una vez Maradona. Hablaba de su mamá, la célebre Doña Tota, que hacía creer a sus hijos que tenía dolor de estómago para darles la poca comida que llegaba a casa. «¡Nos vemos en el cielo, mamá! Se fue mi novia, mi reina, pero en mi corazón late su nombre. ¡Te amo Tota!», escribió El Pelusa tras su muerte.
Como tampoco lo tuvo fácil el Gaucho Ronaldinho y su eterna sonrisa. Doña Miguelina, hoy enferma de cáncer, se tuvo que encargar de sus tres hijos después de que el padre muriera ahogado. O Sandra Díaz, que trajo al mundo al delantero red Luis Suárez, y ella solita, una vez que el padre les abandonara, tuvo que sacar a sus siete hijos de la pobreza y hoy trabaja detrás del mostrador de la panadería que Luis le compró hace cinco años. Incluso la madre de Wayne Rooney sigue sirviendo la comida en un colegio. O María Dolores, mãe de Cristiano Ronaldo, y que ha superado un cáncer de pecho, perdió a su marido alcohólico cuando este contaba 52 años y ha tenido que convivir con la caída en las drogas de su otro hijo, hoy ya rehabilitado. Ejemplos de esas madres abnegadas que siempre están detrás de sus hijos ricos y famosos del mundo del balompié, aunque sea para como clamó la de Zinedine Zidane cuando su hijo `cabeceó' al italiano Materazzi tras insultar el italiano a su hermana: «Si lo que él dijo es verdad, entonces yo quiero sus bolas en una fuente».
Ferguson, ya van 26 años
Hoy, muchos futbolistas profesionales son, como diría Marcelo Bielsa, «millonarios prematuros». La otra realidad es que como como acaba de revelar un estudio de la consultora Schips Finanz, el 50% de los futbolistas de las ligas europeas se arruina al poco de abandonar el deporte. No hay que remontarse a personajes como Garrincha, el mejor regateador de todos los tiempos, que murió alcohólico y en la más absoluta miseria. Son futbolistas de hoy, que por mucho dinero que hayan amasado, necesitan como Ronaldo, el otro Ronaldo, participar en un reality brasileño de perder peso, a cambio de 2,3 millones de euros, y solo por bajar de 118 a 100 kilos ante las cámaras.
Pero los hay que por ahora no piensan en el dinero, sino en hacer historia. Como el irrepetible Mario Balotelli, sorprendente portada de la revista ``Time'' en pleno huracán y en mitad de las elecciones presidenciales estadounidenses. «Cuando me retire espero poder decir que fui el mejor jugador del mundo», se atrevía a decir en esa entrevista. Lo que no sabemos si lo será en el Manchester City de un Roberto Mancini contra el que cada vez hay más voces en su vestuario, sobre todo tras el tropezón en Champions.
Los sky blues, sin un Silva lesionado, el sábado empataron a cero ante el West Ham United, uno de los resultados que esta jornada han beneficiado a un United que saldó con oficio su duelo ante un deslavazado Arsenal, gol incluido del exgunner Van Persie y también, pero intrascendente, de Cazorla. La afición londinense la tomó con su lateral André Santos, que encima de jugar mal le pidió la camiseta a `RvP' al final del choque. La única buena noticia es que el Arsenal ha sido elegido como el club con mejor servicio al hincha, por la limpieza de los baños y la buena organización en el Emirates Stadium.
Lo cierto es que de los 12 primeros clasificados de la Premier, sólo ganaron los red devils -el Everton, cuarto, empató ante el Fulham; el Liverpool hizo otro tanto en Alfield con golazo de Luis Suárez y en el partido 600 de su capitán Steven Gerrard; y el Chelsea hizo lo propio, 1-1 en Gales ante los `cisnes' del Swansea-, lo que permite a los de Sir Alex Ferguson situarse al frente de la tabla justo cuando el técnico cumplió este martes 26 años en el banquillo de Old Trafford.
Un tiempo de récord en el que el escocés ha visto pasar a cinco presidentes distintos por la Casa Blanca; en el que más de un centenar de entrenadores han pasado por la Premier League; en el que ha ganado 37 títulos; en el que ha hecho debutar a 55 futbolistas menores de 18 años mientras su vecino el City -al que le `robo' a un imberbe Ryan Giggs- contrataba 14 técnicos; en el que ha pasado de cobrar 60.000 libras anuales a 5 millones -su fama de tacaño se evidenció cuando en su partido homenaje dijo que donaría lo recaudado y al final dio 200.000 libras de 2 millones-; y en el que finalmente a partir del 23 de noviembre una estatua suya presidirá la grada que ya lleva su nombre en el Teatro de los Sueños.
Lo mismo que el United manda en la Premier, en la Bundesliga el Bayern volvió a ejercer su autoridad y derrotó en el clásico alemán 0-3 al Hamburgo, ante la atenta mirada de 200 países a los que se retransmitió y de los amigos del holandés Rafael van der Vart, que acaba de comprar un `Box' con diez plazas en el Imtech Arena de Hamburgo por 100.000 euros. Una cantidad que se queda corta ante los 200.000 que ha pagado el Tigre Falcao por un Ferrari igualito al de Cristiano Ronaldo. Ya saben lo del portugués, «me silban porque soy guapo, rico y bueno»... bueno, el astro brasileño Neymar le corrigió: «Cristiano tiene estilo; guapo soy yo». Y es que como bien lo describió una vez Maradona: «Cristiano hace un gol y se para así, como si te vendiera un champú».
Nada que ver con Ibrahimovic, que además de perder en casa con su PSG -primero de esta liga-, fue expulsado por una patada estilo karateca al portero del Saint-Étienne (el vasco Ruffier). «Las rojas me hacen más fuerte», dijo luego el sueco.
Derbis de Roma y Montevideo
Y si los de Jupp Heycknes mandan en Alemania gracias al empate entre Borussia Dortmund y Schalke, en la Seria A italiana nada está sentenciado tras la trascendental victoria 1-3 del Inter en casa de la Juventus, en el `derbi de Italia'. Fin a la racha de 49 partidos invictos de los bianconeri -Andrea Pirlo no perdía un encuentro desde el 18 de diciembre de 2010- y sexto triunfo seguido de unos renacidos nerazzurri. El Milan ganó 5-1 y es décimo, la Fiorentina de Luca Toni es cuarta y la Roma de Zeman por fin goleó y ganó 4-1, y es que una pancarta en la famosa Curva Sud del Olímpico romano avisaba: «Seguid humillando la camiseta y quien la ama, nuestra paciencia se acaba en una semana». ¿En una semana? Sí, este domingo la capital contiene la respiración, se juega el `choque del Campidoglio', Lazio-Roma. El duelo con más pasión y más rivalidad de Italia. Lazio va quinto, Roma sexto. Totti llegó a decir que daría años de vida por marcar un gol a los laciales. El duelo promete, en el césped y la grada. El equipo de la burguesía frente al más popular, aunque hoy con elementos fascistas en ambas hinchadas.
Pasión en Roma y pasión en Montevideo. Este domingo se juega en el histórico Centenario el derbi charrúa, Peñarol-Nacional, la rivalidad más antigua conocida fuera de las Islas británicas y que ya en 1908 un periodista uruguayo los describió como «irreconciliables adversarios de todas las épocas...». Carboneros y Bolsos frente a frente, el club creado por ingleses del ferrocarril en 1891 ante la respuesta criolla de 1989 a los equipos extranjeros. Honor y gloria. Roma, Montevideo.