«A veces nos sentimos extranjeros en nuestro país por el euskara»
Kontseilua realizó ayer la primera de las comparecencias semanales que ha organizado de cara a la manifestación que, bajo el lema «Euskaraz bizi nahi dut», recorrerá Donostia el 1 de diciembre. Reunió a personas que han sufrido vulneraciones de derechos lingüísticos en el ámbito de la salud para dar testimonio de las trabas e imposibilidades existentes aún hoy para poder asistir y ser asistido en euskara.
Mikel PASTOR
Iñigo Larrondo es vecino del barrio bilbaíno de Errekalde, padre de una hija, que, como él, es euskaldun. Como cualquier aita del mundo, tiene que llevar a su hija al pediatra cada cierto tiempo. Sin embargo, y a diferencia de la mayoría de padres en otros puntos, constata cómo su hija no puede ser atendida en euskara en el ambulatorio del barrio. Como él mismo subraya, esta situación le sorprende negativamente, ya que «esperaba que mi hija pudiera disfrutar los derechos que nos han negado a nuestra generación».
A Iraide, vecina de Deustu, le mandaron su historial médico únicamente en castellano. Poco después, recibió otra notificación para una cita en el mismo idioma, sin que apareciera el euskara para nada. Ambos apuntaban ayer en Bilbo que en estos casos han experimentado impotencia, «porque nos hace sentirnos extraños. Al final hace que nos parezca raro pedir atención en euskara, y sobre todo, nos sentimos extranjeros en nuestro propio país».
Obviamente, estos dos casos no son excepcionales, sino «gotas de agua en el océano del no reconocimiento a los derechos de quienes queremos vivir en euskara en nuestra tierra, porque lo consideramos fundamental para nuestra dignidad», explica Paul Bilbao, presidente de Kontseilua y encargado ayer de explicar ante los medios la difícil situación a la que se enfrentan muchos pacientes y profesionales de la sanidad a la hora de recibir u ofrecer atención en la lengua vasca.
«Ciudadanos de segunda clase»
Fue la dignidad, precisamente, el eje sobre el que basó su discurso Bilbao, asegurando que el hecho de no poder vivir en su lengua «nos relega a ser ciudadanos de segunda clase, a una posición secundaria, por el mero hecho de querer vivir y comunicarnos únicamente en euskara, puesto que eso es precisamente lo que nos dignifica».
No obstante, también existen noticias positivas. Los asistentes a la rueda de prensa certificaron que «cada vez somos más quienes queremos vivir únicamente en nuestra lengua», y añadieron que, por tanto, se trata de «hacer ver a cada persona que sienta sola o desamparada que no es así, que no está sola, y que no es ninguna apestada, porque el problema que le afecta a él o ella es sistémico y no particular».
Los protagonistas de estas experiencias cotidianas intervinieron en el marco de la primera de las cuatro comparecencias de prensa que ofrecerá Kontseilua de cara a la manifestación del próximo día 1 de diciembre en Donostia, que partirá desde el estadio de Anoeta a las 17.00 y que los organizadores consideran «fundamental» para hacer realidad el deseo de vivir en euskara (``Euskaraz bizi nahi dugu'' será el lema).
Además del apartado sanitario analizado ayer, en este mes de noviembre Kontseilua reparará en el estado del euskara en el mundo sociolaboral, en la situación en la educación y también en los denominados arnasguneak, esto es, pueblos vascos agrupados en su gran mayoría en UEMA (Udalerri Euskaldunen Mankomunitatea), en los que «se ha demostrado que es más que posible vivir en euskara». Bilbao prestó especial atención a estos últimos, subrayando «la necesidad de mantener los existentes, ampliando su tamaño y siendo capaces de generar otros nuevos que ayuden a la normalización lingüística».
Volviendo a la manifestación que se celebrará en la capital guipuzcoana, los participantes en esta comparecencia consideraron que debe tratarse de «un punto de inflexión», ya que «puede situar a la sociedad, a los que amamos y utilizamos nuestra lengua, a la cabeza de la reivindicación, dando pasos efectivos y creando las condiciones necesarias para el cambio».
Tal y como reconocen, este cambio en la situación «no puede darse solo, porque no está únicamente en nuestra mano, sino que depende de decisiones políticas, económicas y jurídicas»
Tras la comparecencia, Paul Bilbao analizó para GARA la predisposición de los diferentes partidos vascos para cambiar la actual situación linguïstica. En lo relativo a la CAV, Bilbao se mostró esperanzado en que tras los resultados del 21 de octubre «se abre un período importantísimo, en el que desde Gasteiz se debe actuar de manera valiente con iniciativas que profundicen en la normalización del euskara».
Bastante más complicada se presume la situación institucional en Nafarroa, dado que «la actitud de UPN de odio hacia el euskara, unida a la tibieza y miedo al cambio del PSN, hacen que estemos en una situación grave». Sin embargo, el posible adelanto electoral podría ser un factor a tener en cuenta, ya que «Bildu, Geroa Bai y Izquierda-Ezkerra han mostrado su disposición a cambiar la llamada Ley del Vascuence». Hoy mismo se abordará este tema en el Pleno del Parlamento. M.P