Ayer, la sección de economía de este diario informaba acerca del ERE de Gamesa, y daba la cifra de 273 posibles afectados en Nafarroa, según las declaraciones de la presidenta del Gobierno de Nafarroa, Yolanda Barcina. Hoy esa cifra asciende a 283, solo en Nafarroa, a los que han de sumarse los 85 de los otros tres herrialdes vascos y 112 más de otros lugares del Estado español. Una noticia que se repite con insoportable asiduidad y que para muchos de quienes no padecen la situación de esos trabajadores puede llegar a ni siquiera llamar la atención. La misma sección informaba también del expediente de extinción de contratos que acababa de presentar la multinacional de neumáticos Bridgestone, que afectará a 216 trabajadores de las plantas de Basauri y Usansolo. Y hoy recoge los datos referentes a los beneficios de esa multinacional japonesa, que ascienden a 1.130 millones de euros de beneficio neto en los nueve primeros meses del año en curso, que suponen un 41% más que en el mismo periodo del pasado año. Son datos que se comentan por sí solos y que dejan al descubierto las prácticas empresariales cuya finalidad es aprovechar la crisis para aumentar beneficios a costa de quienes más crudamente la padecen, y la indefensión de los trabajadores, acentuada por una legislación modificada al servicio de los intereses empresariales.