Las autoridades de Protección Civil de Guatemala declararon ayer la «alerta roja» por el seísmo de 7,2 grados en la escala de Richter registrado frente a sus costas. Los primeros datos hablaban de al menos 29 muertos y 155 heridos por el derrumbe de sus viviendas, y más de cien desaparecidos.

El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, declaró a los periodistas que el temblor causó daños en varios departamentos, entre ellos San Marcos, Quetzaltenango, Sololá y también en la capital. Anunció su intención de sobrevolar las zonas afectadas.

Aseguró que «este es el sismo más grande que hemos tenido desde el terremoto que se produjo en el año 1976», pero se mostró satisfecho de que «los daños que tenemos que lamentar no son de la misma medida ni de la misma dimensión».

Por su parte, la corresponsal de la cadena Telesur, a través de su cuenta en la red social Twitter indció que las comunicaciones telefónicas quedaron cortadas y que, por ejemplo, en San Marcos (occidente) bomberos voluntarios trasladaron a varios niños al hospital con heridas graves por el derrumbe de una escuela.

Eddy Sánchez, director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumhe), explicó que el temblor tuvo una magnitud de 7,2 en la escala de Richter, y una intensidad V en la escala de Mercalli. El Servicio Geológico de Estados Unidos cifró en 7,5 la magnitud del seísmo y lo situó frente a las costas de Guatemala, en el océano Pacífico, con epicentro a 45 kilómetros al sur de Champerico y 191 kilómetros al oeste sudoeste de Ciudad de Guatemala. Precisamente, desde Champerico llegaban las primeras noticias de niños atrapados entre escombros y de cuatro casas derrumbadas así como de varias personas que tuvieron ser trasladadas a centros médicos por crisis nerviosas.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), dijo que todo el sistema de Protección Civil estaba en «alerta roja institucional» para atender las emergencias.

El movimiento telúrico, registrado hacia las 10.35 horas local causó cortes de telecomunicaciones en todo el país, mientras que los cuerpos de socorro se movilizaron en diferentes direcciones debido a las múltiples llamadas de emergencia.

Miles de personas salieron a las calles por temor a un nuevo seísmo, y los empleados de los edificios públicos fueron desalojados. En Nicaragua, donde también se dejó sentir, el Sistema Nacional para la Prevención de Desastre alertó a las comunidades costeras del país sobre la posibilidad de un tsunami. «Hacemos un llamado a la población, para qué, de manera organizada, se vayan movilizando hacia las zonas altas, esta es una alerta de tsunami», informó el presidente ejecutivo del Sinapred, Guillermo González.

En México, se sintió con especial intensidad en áreas del estado suroriental de Chiapas, donde se vivieron escenas de pánico y nerviosismo.