Nos ha hecho pasar miedo. Sin embargo, Obama ha tenido éxito ahí donde Sarkozy, Zapatero y Brown han fracasado. Ser reelegido en medio de una grave crisis económica que los Estados Unidos todavía no han superado. El desempleo se ha atascado en un 8% durante su mandato, la deuda pública se ha disparado(...). El sueño americano, esencial para el espíritu de la nación, se convirtió en una quimera para la mayoría de los votantes.

Los estadounidenses, sin embargo prefirieron el balance imperfecto y los proyectos inciertos del actual presidente a la economía vudú de alto riesgo de sus oponentes republicanos. Y con razón. Obama ha empastado los daños más graves cometido por su predecesor republicano. Él evitó el colapso de la economía de su país, ha reformado su sistema de salud y ha salvado la industria del automóvil. Y todo ello manteniendo relaciones civilizadas con el resto del mundo.

Sin embargo, Obama está lejos de las esperanzas que habían inflamado su país hace cuatro años. Muy lejos de su lema hecho de «cambio y esperanza», lejos de su triunfante y optimista «yes we can».

Obama renueva su mandato para cuatro años más. Es a él, libre de toda preocupación electoral, a quien corresponde demostrar que todavía puede cambiar y cambiar su país.