bobadas alpinas

Marchar...

Kike DE PABLO  Alpinista

Veo un video de John Gill entrenando. El solitario y mítico escalador de bloque americano, adelantado a su época en el entrenamiento y en la concepción de la escalada como una mística del movimiento. Sobre un fondo de niños jugando en las instalaciones de un parque público, se adelanta titubeante, se agarra a una barra horizontal de una estructura de juegos y empieza a hacer flexiones. Voy contando: una, dos, tres... diez…15, 16, 17!

John Gill tiene ya 75 años. Es mayor y al parecer su físico no es el que era. Yo tengo menos edad pero no me acerco ni de lejos a su número de flexiones, aunque soy lo suficientemente mayor como para, ahora que lo pienso, no acordarme si hace 15 o 20 flexiones en el video, del cual lo que más me pudre es la musiquilla que le han puesto, otoñal por decir lo menos; de películas dramáticas, pero tiernas, con pretensiones, pero blandas..

Al final del rodaje de la película Gasherbrum, la montaña luminosa (1984) Messner confiesa al director, Werner Herzog, que las hazañas «allá arriba» significan ya poca cosa para él, que encontraría la misma paz andando hacia delante sin detenerse, hasta que el mundo se detuviera para él, todo desapareciera con la muerte. Werner confiesa haber tenido el mismo sueño.

En 1974, Werner había marchado durante 21 días de Munich a París, como personal hechizo, mientras que una amiga suya se encontraba muriendo en esa última ciudad. Reinhold declara diez años más tarde:  «Lo importante es marchar, marchar, marchar…».