LOS DRAMAS DE LA CRISIS
Sin dinero, ni carne ni pescado
La crisis económica ha empezado a producir un nuevo efecto: problemas de nutrición infantil, detectados de momento en Araba y principalmente en familias inmigrantes con hijos diabéticos que no pueden alimentarse con frutas, verdura, pescado y carne por falta de recursos económicos. El jefe de Endocrinología Infantil del Hospital Universitario de Araba explica cuál es su déficit alimenticio.
Cuando se detecta este problema, los médicos derivan los casos a los servicios sociales de base para que estos menores reciban la alimentación que necesitan a través del banco de alimentos o mediante una ayuda para sufragar el gasto de los comedores escolares, según explica la agencia Efe.
Ignacio Díez, jefe del servicio de Endocrinología Infantil del Hospital Universitario de Araba, explica que los casos que han descubierto afectan a familias inmigrantes recién llegadas a Euskal Herria o padres y madres vascos separados, con los dos exconyuges en paro.
A su consulta acuden muchos niños con diabetes, y cuando expone a los padres un modelo de menú que debería seguir su hijo para mejorar su salud, le dicen que no tienen recursos para darle los alimentos recomendados, entre los que destacan productos frescos como carne y pescado, además de fruta y verdura.
Estos niños «desayunan malamente», su comida principal es la del colegio, y cenan «lo que se puede, muchas veces un bocadillo de fiambre», indica Díez.
La «punta del iceberg»
Ignacio Díez advierte de que por el servicio de Endocrinología Infantil del HUA no pasan consulta todos los niños de Araba, únicamente los que padecen problemas de salud ligados a esta disciplina médica, pero considera que lo que él ve es «la punta del iceberg».
El jefe de Endocrinología Infantil opina que, por desgracia, «este problema va a más» y asegura que hay familias que, debido a la crisis económica, «la principal alimentación que van a tener asegurada es la que hay en el colegio».
Fuentes de la Dirección Médica de Comarca de Araba han explicado a Efe que los pediatras de Atención Primaria del herrialde no tienen constancia de problemas de nutrición infantil.
El hecho de que los niños que son atendidos en Atención Primaria no necesiten seguir una alimentación específica puede ser el motivo de que los médicos no detecten que hay familias que no están alimentando correctamente a sus hijos, cosa que sí ocurre cuando estos son diabéticos y deben seguir una dieta.
Tampoco se han encontrado con esta realidad por el momento los facultativos de Cruces (Bizkaia) y del Hospital Donostia (Gipuzkoa), según fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Lakua.
Díez recuerda que hoy día en Gasteiz «el 20% de los niños de menos de tres años son de padres inmigrantes», un colectivo especialmente expuesto al azote de la crisis económica, y por tanto considera que puede que Araba haya sido el primer territorio en descubrirse el problema, pero opina que seguramente se extenderá al resto de territorios, dado que las condiciones de penuria económica son similares en todo el entorno.
También obesidad
Por otro lado, este especialista explica que en los últimos ocho años se ha producido un repunte de la obesidad infantil y que este fenómeno también tiene como víctimas a los niños de padres inmigrantes.
En este caso, indica que la causa es opuesta. Son familias que tienen el síndrome de «nuevo rico» y que llevan «una mala alimentación» por «exceso» de alimentos hipercalóricos, que son más fáciles y rápidos de comer que los de la cocina tradicional mediterránea.
Los afectados son sobre todo niños de origen latinoamericano o de Europa del Este. Según Ignacio Díez, estos niños tienen el doble de riesgo de asistir a una consulta por obesidad que el resto de menores.
Se trata en muchos casos, además, de niños que tienen un metabolismo basal más pequeño que el resto porque en sus países comían menos cantidad y hacían mucho más ejercicio, ya que para ir al colegio tenían que andar cinco o seis kilómetros todos los días.
Por tanto, se junta el llamado «gen ahorrador», es decir, que su metabolismo quema menos que el del resto, «con el hecho de que comen más que en sus países y peor».
Este fenómeno creciente en las zonas del sur de Europa más afectadas por la crisis recuerda al que se produjo en Argentina. Tras el «corralito» de 2001, afloraron muchos casos de menores afectados por desnutrición o directamente por hambre.