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testigo del conflicto sirio

«Mi percepción es que la guerra siria ya no se puede parar»

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Aitor Zabalgogeazkoa
Exdirector y logista de Médicos Sin frontera

Aitor Zabalgogeazkoa fue director de Médicos Sin Fronteras y lleva a cabo trabajos logísticos allí donde trabaja esta organización, para poner en marcha la atención sanitaria. El pasado verano estuvo en Siria, a donde ha vuelto hace unos días, observando un deterioro de la situación a la que ya no ve posible una salida negociada.

Pablo RUIZ DE ARETXABALETA | GASTEIZ

Ha regresado de Siria hace unos días. Desde las zonas controladas por la insurgencia, las únicas a las que Médicos Sin Fronteras ha tenido acceso, Aitor Zabalgogeazkoa ha obervado que la guerra ha deteriorado la situación en los últimos meses y ha llegado a un punto de no retorno, en el que ve ya imposible una salida negociada.

¿Cómo ha evolucionado la situación en Siria desde su anterior estancia en verano?

Mi impresión es que las protestas han derivado en una guerra civil abierta y en una crisis humanitaria. Entre el verano y mi última visita en octubre-noviembre se nota el deterioro. El nivel de violencia es muy elevado. Hay una inquina tremenda entre los combatientes. Hay muy poco respeto por las leyes de la guerra y por los civiles que se han visto atrapados y cuanto más pasa el tiempo más se dan cuenta de que esto no va acabar y la gente empieza a desmoralizarse. Al principio había una sensación de que iba acabar rápido. Otras revueltas les estaban valiendo como referencia pero ha pasado un año de protestas y ahora va a pasar casi un año de guerra civil abierta y la situación se sigue deteriorando y no hay perspectivas a largo plazo. En muchos sitios nos han criticado que llegábamos tarde. Confiaban en que la comunidad internacional iba a reaccionar y la comunidad internacional ha hecho lo mismo que en las demás crisis. Tomarse su tiempo. La gente se siente muy abandonada. De todas formas, tengo una visión muy parcial del asunto. Solo tenemos acceso a la zona controlada por los rebeldes y a lo que nos cuenta la gente que se ha quedado en esas zonas o los refugiados. No tenemos la visión de la gente que está en el lado gubernamental.

¿No han accedido a las zonas que controla el Gobierno de Bashar al Assad?

No hemos recibido la autorización del gobierno para actuar en Siria. Lo hemos intentado, cuando empezó el conflicto insistimos en tener acceso a los centros de salud y a la población. Se nos ha negado repetidamente, se nos ha ignorado. Pasa lo mismo con los medios de comunicación y otras ONG. A la vez hemos intentado hacer el mismo ejercicio de solicitud de acceso con la oposición armada, y nos han permitido trabajar. En estos momentos todos los equipos de MSF en Siria están trabajando en las zonas controladas por los rebeldes y por el ELS. Hemos habilitado edificios y los hemos convertido en centros médicos de emergencia o centros de cirugía. No estamos utilizando los hospitales públicos ni los privados porque siguen siendo objeto de ataques. Estamos instalando los equipos en casas o edificios donde nos permiten instalar hospitales pequeños de un quirófano y de diez a viente camas y acondicionamos el sitio lo mejor que podemos para ofrecer la atención desde ahí.

La ha calificado como una guerra civil. ¿Se está convirtiendo también en una guerra sectaria entre distintas confesiones y comunidades?

Es correcto calificarla como guerra civil porque, sobre el papel, a una guerra civil coresponden una serie de normativas para proteger a los civiles, a la gente que huye de la guerra o a los trabajadores humanitarios. Hay un riesgo grande de enfrentamiento sectario. La mayoría de los organizaciones kurdas no están soportando la parte armada de la rebelión. Otros actores como grupos cristianos, armenios, ismaelíes tampoco están detrás de la oposición armada ahora mismo o por lo menos no se les ve. No quiero agugurar nada, pero la situación es tensa entre las comunidades. Hay varios actores que están jugando a enfrentarlas. El Gobierno de Al-Assad es uno de ellos y grupos radicales suníes tambíen están interesados en ello. Y no hay más que ver los escenarios de Líbano en los ochenta o Irak en el 2000 para saber cuál es el riesgo al que está expuesta la sociedad siria. Si la guerra continúa lo hará por ese camino.

¿Cuál es la posición de la comunidad kurda en el conflicto?

Está en la zona del norte de Siria, en cuatro o cinco enclaves. También hay presencia en Alepo, pero en zonas donde el PYD y las organizaciones kurdas tienen control del territorio, casi todas pegadas a la frontera con Turquía, básicamente da la impresión de que se han podido mantener fuera de la dinámica de la guerra imitando un poco lo que hicieron los kurdos en Irak. Están protegiendo sus zonas y evitando posicionarse a favor de unos o de otros.

¿Hay un acuerdo tácito para no enfrentarse a los kurdos?

Hay un acuerdo de saber que tienen la fuerza suficiente para crear un problema mayor tanto a unos como a otros. No puedo decir cuál es su capacidad militar pero es evidente que el PYD y las demás organizaciones kurdas son lo suficientemente sólidas en sus zonas como para tomar ventaja del exceso de trabajo del Ejército y la policía y, por otro lado, para marcarles el territorio a los rebeldes.

¿Cuál es la implicación extranjera en la guerra siria?

Mucha gente tiene interés en esta guerra: Qatar, Arabia Saudí, Turquía, Irán, Israel, Líbano, Estados Unidos..., actores que están interfiriendo ayudando a unos u a otros. Todo el mjundo tiene un montón de intereses y se sabe.

¿Quedan zonas al margen de la guerra donde la población pueda llevar a cabo una vida más o menos normal?

Hay pocas ciudades que no tengan enfrentamientos, pero en las dos grandes ciudades, Damasco y Alepo, hay barrios completamente ajenos a los combates. No están completamente normal porque tienes que medir incluso si sales del barrio, pero se puede hacer vida normal, las tiendas están abiertas aunque falta alguna cosa. Ya solo pasa en algunos barrios de Damasco y en algunas ciudades de la zona central, y quizá tambien en algunas de la costa.

¿Cree que llegados a este punto existe alguna posibilidad de salida negociada?

Dada mi experiencia en otros conflictos, la percepción que tengo es que la guerra no se puede parar ya. Las negociaciones que se están llevando a cabo tienen poco futuro a corto plazo y todavía queda tiempo para que la gente siga sufriendo. Cuando llegan a este nivel, no van a parar de darse en una buena temporada.

Una perspectiva pesimista

Perpectiva pesimista y creo que las negociaciones no van a llegar a ningún lugar y el nivel de violencia que se está practicando no augura una solución. Ni siquiera un acuerdo de mínimos a corto plazo, como la tregua que tenía que ha sido respetada; no ha habido tal. Ha habido la misma cantidad de muertos que cualquier otro día y bombardeos contra objetivos exclusivamente civiles. No se está respetando para nada el derecho de los civiles a estar apartados de la guerra. La verdad es que las perspectivas son muy feas a corto plazo.

«La falta de vacunación traerá problemas»

¿Qué tipo de pacientes llegan hastas los centros de atención de Médicos Sin Fronteras?

Llega de todo. civiles, milicianos,... Los milicianos son los primeros en saber dónde están los puntos de atención médica y muchos civiles tienen que dar el paso previo de ir a puestos de salud organizados por el ELS y luego son remitidos a las demás instalaciones de salud. Llegan sobre todo heridas causadas por arma de fuego, explosiones, condiciones maternoinfantiles, partos, niños con problemas graves. El nivel en Siria era bastante decente, hay una gran proporción de población de edad elevada y hay problemas crónicos que están siendo desatendidos y que en un corto plazo va a llevar a un montón de problemas: cáncer, diálisis, o cosas más sencillas como diabetes, hipertensión... Otro gran problema ante el invierno es que los programas regulares de vacunación en muchos lugares llevan interrumpidos cuatro o cinco meses. Y esto va a dar problemas a corto plazo. El invierno en el norte de Siria es muy duro, no es ninguna broma.

¿Con qué medios cuentan?

Nos ha costado muchísimo arrancar los servicios que estábamos prestando. Alepo era el principal foco industrial de Siria y ya desde julio muchas fábricas no fucionan o están a medio gas. Faltan muchísimos medicamentos que se producían en Siria o que entraban a través de Líbano. Nos ha costado un esfuerzo importante introducir material porque Turquía no colabora al cien por cien.

¿Cómo viven la situación los médicos sirios?

El personal médico sirio con el que hemos trabajado se ha comprometido arriesgando el tipo de una manera increíble. Han muerto y han sido heridos muchísimos médicos, enfermeros y sanitarios. Están agotados después de un trabajo sin medios, sin apoyo y en una situación que era completamente nueva para ellos. Se les nota también que están traumatizados por lo que han visto y han hecho un trabajo espectacular que demuestra también que en mitad de todo este follón todavía persisten muestras de humanidad. P.R.A.

 

abandonados

«La gente se siente muy abandonada. Al principio tenía la sensación de que iba a acabar rápido. Cuanto más tiempo pasa más se dan cuenta de que esto no va a acabar y la gente empieza a desmoralizarse»

 

 

 

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