Quizá no es el más goleador, ni el menos goleado, ni siquiera el que menos derrotas ha encajado, pero el Alavés es el mejor equipo, no ya del Grupo II, sino de toda la Segunda B. «Hay que seguir trabajando», aseguraba Natxo González el sábado, tras la goleada de Urritxe. Y tiene razón, porque restan por disputar todavía dos tercios de la temporada. Pero su equipo ha cubierto ya una buena parte del camino.

Con 30 puntos en 12 jornadas -los mismos que logró el cuadro gasteiztarra en toda la primera vuelta de la pasada campaña-, solo el Olímpic, líder del Grupo III, ha alcanzado la misma cifra. Pero ha disputado un encuentro más, por la particular configuración de su grupo tras la inclusión del Orihuela. Pese a lo cual ha anotado cinco goles menos que el Alavés (15 frente a 20), y ha celebrado una victoria menos que las diez que ya han firmado los albiazules.

El Tenerife, líder del Grupo I, es el único equipo de los 81 de la categoría que todavía no conoce la derrota -han sido dos para el cuadro albiazul-, pero ha ganado tres encuentros menos, con lo que solo alcanza 26 puntos. Su golaverage, además, es ligeramente peor que el del Alavés. Por último, el Cartagena -líder del Grupo IV- se ve superado en todos los terrenos: ha celebrado menos triunfos, ha encajado más goles y ha marcado menos.

Números que aún se decantan más del lado gasteiztarra si se tiene en cuenta la trayectoria copera. De los 16 equipos que ahora mismo ocupan posiciones de play-off de ascenso, además del Alavés solo se mantienen con vida el Alcoyano -aunque tuvo que disputar un encuentro menos antes de enfrentarse al Real Madrid en 1/16 de final- y el Eibar, el único cuya trayectoria en la competición del k.o. mejora la de los alaveses, ya que tras los tres triunfos en las rondas previas, saldó con empate el encuentro de ida de 1/16, en su caso ante el Athletic.

Un perseguidor a la altura

Y es que, aunque la espectacular trayectoria del Alavés lo ensombrece todo a su alrededor, no tienen demasiado que envidiar los números del cuadro azulgrana. Tanto, que solo el Olímpic -con tres puntos más, pero también con un partido más disputado-, además del propio Alavés, supera su rendimiento.

El conjunto de Gaizka Garitano es, además, el equipo más goleador de toda la categoría junto a Salamanca y Levante B, con 23 tantos, y el que presenta megor golaverage, con un saldo positivo de 17 goles.

Si las estadísticas sirvieran para algo, ninguno de los dos, ni Alavés ni Eibar, deberían faltar en el sorteo de los emparejamientos del play-off de ascenso el próximo mes de mayo.

En la última década, de los equipos colocados en lo alto de la clasificación en la 12ª jornada, cinco acabaron la temporada en esa misma plaza, otros dos lo hicieron en la segunda, uno más en la tercera y solo dos desaparecieron de esos cuatro primeros puestos a la conclusión de las 38 semanas. Curiosamente, uno de ellos era el Alavés B, que en la 12º jornada de la temporada 2004/05 lideraba la tabla con 23 puntos y acabó el curso en el 12º puesto. El otro fue el Amurrio, líder un año antes a esas alturas con 25 puntos, pero que acabó en la séptima plaza.

Lo cierto es que ninguno de los dos alcanzaba por aquel entonces los 30 puntos que ahora mismo tiene la escuadra de Natxo González, y ni siquiera los 27 que ha sumado el Eibar -ningún equipo con esos números se ha quedado fuera del play-off-. Que tampoco tiene nada de extraño, porque en esta última década solo el Mirandés de Carlos Pouso, que tanto maravilló la campaña pasada, firmaba a estas alturas unos números similares a los del Alavés: los mismos puntos (30), sin ninguna derrota y con menos goles encajados (3 frente a 5), pero también con menos goles marcados (19 frente a 20). El final de la historia del equipo burgalés es sobradamente conocido.

El total de los equipos que lideraba la tabla en la última década -y de los que solo dos se quedaron finalmente sin play-off-, arrojaba una media a estas alturas de 26'5 puntos. Por debajo de las cifras del Alavés e incluso de las del Eibar.

Hay que seguir trabajando, sí, pero como también admitía el sábado Natxo González, «el rendimiento del equipo» -y los precedentes, habría que añadir-, «nos da confianza y seguridad de cara al futuro».