Cuando los inversores y analistas no saben a quién echar las culpas de las bajadas en las bolsas siempre tienen a Grecia como chivo expiatorio. Esto sucedía ayer de nuevo, cuando desde el Eurogrupo se avisaba de un aplazamiento en la entrega de los 31.500 millones de euros de la ayuda destinada a sostener sus finanzas. Ni la aprobación de los nuevos recortes de los presupuestos del próximo año, ni el examen de la troika, ni las promesas de Atenas de cumplir con todo lo que se les proponga son ya pruebas suficientes. Esta preocupación recurrente sobre la debacle de Grecia afectó al resto de estados periféricos, en especial el Estado español, sumido en un galopante deterioro de su economía pese al optimismo incomprensible de su Gobierno. Así, la prima de riesgo saltó sobre los 450 puntos y la rentabilidad del bono se acercaba al 6%. Este contexto negativo en el mercado de deuda restó al Ibex un 0,90%, y hoy partirá desde los 7.567,80 puntos. En Europa, solo Fráncfort (+0,07%) resistía la presión. Londres cedía levemente un 0,04%, y París, un 0,35%. Dentro del Ibex, destacó el salto de Banco Popular (+4,56%), tras aprobarse los términos de la macroampliación de capital de 2.500 millones de euros. Por su parte, Ferrovial (-2,81%), Bankia (-2,57%), Gamesa (-2,30%) y Sacyr (-2,25%) encabezaron los descuentos. En el grupo de los pesos pesados, Inditex, Santander y BBVA bajaron más de un 1%. En París, las mayores pérdidas correspondieron a Veolia Environnement (-2,52%), Alstom (-2,18%) y Cap Gemini (-1,98%), al tiempo que Publicis (+1,74%) y PPR (+1,52%) marcaban el paso a los ganadores.