EEUU se convertirá en 2020 en el primer productor de petróleo del planeta, sobrepasando a Arabia Saudí, y será un exportador neto de crudo en 2030, según las predicciones de la Agencia Internacional de Energía.

Este vuelco del paisaje energético mundial llegará de la mano del impulso de los hidrocarburos no convencionales.

Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del XX EEUU fue el primer productor de oro negro del mundo, lo que impulsó su desarrollo industrial y su emergencia como primera potencia.

La AIE destaca el impulso del gas y el petróleo de fracking, así como las reservas impermeables de petróleo ligero que durante decenios fueron consideradas muy costosas. EEUU importa hoy el 20% de sus necesidades energéticas.