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Los ases del BBK Live: Depeche Mode, Green Day y Kings of Leon

Con la incorporación de Kings of Leon al cartel del Bilbao BBK Live se completa la cabecera del festival. A Depeche Mode, Green Day y Kings of Leon se les transmite la responsabilidad indirecta de conseguir que las campas de Kobetamendi se pueblen de jóvenes con dinero en el bolsillo, a pesar de ese cincuenta por cierto en el paro. También cabe pensar que la organización estime que el trío será capaz de atraer a un buen número de turistas.

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Pablo CABEZA | BILBO

Para muchos, Kings of Leon no es un nombre especialmente popular, y quizá entre nosotros no lo sea, pero sí es uno de esos grupos que suman aficionados de aquí y de allá, ya que los hermanos Followill han aparecido en infinidad de medios musicales especializados. Son apuestos, van de guapos y, además, también aportan buenas canciones. Su aprecio es alto en determinadas tribus y desconocidos en otras. No, no son Metallica ni Green Day, pero han conseguido varios premios y diversos números uno. Con todo, necesitarán un buen arrope de nombres ese sábado de julio, a no ser que los guiris decidan que hay que ver a los hermanos Followill.

Kings of Leon está formado por los hermanos Anthony «Caleb» Followill, voz y guitarra, Ivan «Nathan» Followill, batería, y Michael «Jared» Followill, bajo. Y por si la familia no era extensa, el cuarto miembro es su primo Cameron «Matthew» Followill, guitarra solista.

Por su imagen, cabría pensar que están más cerca de ser los hermanos mayores de One Direction que los líderes de una banda de rock, pero los Leon son rockeros, aunque a lo largo de su discografía, cinco discos, han ido superando el sonido sureño, los toques garage, por un rock más abierto y de proyección para estadios.

En «Come around sundown» (2010), el cambio es bastante radical, orientando su sonido a jóvenes y público adulto gracias a canciones plácidas. Una apuesta que resulta adecuada para todas las edades, pero que también ha creado desconcierto entre los seguidores de sus primeros discos.

«The end» es la canción de inicio y declara a las primera que es una balada. «Pyro» le sigue en intenciones y «Mary», aunque Anthony (cada vez más Bono) se desgañite un poco más de lo normal, y Cameron pueda meter un solo guitarrero entre el blues-rock, el resultado es una canción que haría las delicias en un guateque sesentero de pop.

«The face» mantiene la semejanza con la portada romántica del disco, casi como las que hacían antiguamente las orquestas que interpretaban los éxitos del momento: James Last y compañía. Imagínese un atardecer en el mar con unas palmeras. Pues eso. Anthony sufre cantando (un buen vocalista que puede llegar a empalagar) y Cameron no cesa en meter detalles de guitarra. La sección rítmica es dinámica, ocurrente.

Kings of Leon es cuidadoso con los arreglos y composición. Su acierto, y su problema, es que suenan de maravilla para ciertos oídos y que enmerengan a otros. «Come around sundown» fue número uno en más de una decena de países.

NÚMEROS UNO

Kings of Leon es una banda de rock originaria de Talihina, Oklahoma, pero crecida en Nashville, Tennessee en 1999. Ha grabado cinco discos y tienen el sexto casi listo. Ha sido número uno en decenas de países con cada uno de sus discos.

Ficha

BBBK Live: Jueves 11, viernes 12 y sábado 13 de julio. Campas de Kobetamendi en Bilbo.

Bono: Hasta el 11 de diciembre cuesta 91 euros, con derecho a acampada hasta agotar aforo.

El IVA llega a los festivales más allá de la entrada

El pasado mes de octubre, Gabi Ruiz, del festival Primavera Sound, al margen de analizar el impacto del nuevo IVA en el sector de los conciertos, lanzaba una nueva paradoja con este asunto de tres letras. Si ya la música en directo ha recibido una estocada de 21 centímetros, Ruiz mostraba aún más su perplejidad al descubrir una circular del Gobierno de España (según terminología de Zapatero y Rajoy) que aclaraba un punto que contaba más que son sombras con algún que otro temor.

El IVA que soporta la alimentación, la restauración y los bares en general es del tipo reducido, del 10%, por lo que se estimaba que ese sería el IVA a aplicar a los precios de las empresas de comida y bebida que se instalan dentro de los recintos de los festivales, y que ya de por sí, no son nada económicos. La cuestión es que esa circular apunta a que este tipo de situaciones requieren un 21% de IVA, al considerar el asunto «espectáculo mixto». Si la entrada ha pasado del 8 al 21% y el bocata y la cerveza del 10 al 21, el trinomio bocata-entrada-cerveza supone... Sí, una indigestión del carajo. P.C.

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