El Gobierno de Colombia y las FARC anunciaron ayer en un comunicado conjunto que el inicio de los diálogos de paz en La Habana, previstos para mañana, se aplaza al próximo lunes.

Según el comunicado, de sólo dos puntos, esta decisión resulta de un acuerdo alcanzado entre las partes con objeto de «continuar la reunión técnica para ultimar detalles de los mecanismos para la participación ciudadana entre los días 15 y 18 de noviembre».

El primer asunto que tratarán es el problema de la tierra en Colombia, que representa un desafío al tratarse de un punto de origen de un conflicto armado que comenzó hace casi medio siglo.

El 1,15% de la población posee el 52% de la propiedad rural. Esta política agraria y el accionar de grupos paramilitares así como los constantes enfrentamientos de las guerrillas con el Ejército, sobre todo en las zonas rurales, han provocado desde 1985 al menos 5,5 millones de desplazados forzados. Se calcula que 6 millones de hectáreas han sido arrebatadas a los campesinos.

Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de visita ayer en Portugal, subrayó que si «hay buena voluntad puede haber acuerdos. Si no hay buena voluntad, pues no hay acuerdos». «Nosotros seguimos con nuestra agenda normal y esperamos que en la mesa de negociación se muestre la buena voluntad», reiteró.

El ELN tambié se suma

Por otra parte, el ELN anunció la conformación de una delegación que se sumará al diálogo con el Gobierno. La guerrilla propuso «pactar un cese al fuego bilateral mientras se dialoga. La creación de un ambiente no confrontativo podría ayudar a generar confianza», remarcó.