Mikel INSAUSTI

En «Campanilla: El secreto de las hadas» apenas hay mención alguna a la obra de J.M. Barrie, creador literario del personaje que acompañaba a Peter Pan. La Tinker Bell del original en inglés sólo recuerda un pasaje en Neverland (El País de Nunca Jamás), cuando se encuentra con su hermana Periwinkle, otra hada nacida de la misma risa, y a la que resume a toda prisa sus aventuras. Estamos en otro universo muy distinto, seguramente el lugar mágico del que proceden esas hadas a las que Disney ha dotado de una identidad nueva, dentro de su colección Disney Fairies.

Los estudios de Burbank delegaron en la filial australiana DisneyToon la realización de las secuelas de sus personajes más conocidos, entre ellos Tinker Bell. En principio eran productos de segunda fila editados directamente en DVD, pero con la incorporación de Pixar las cosas han empezado a cambiar. La cuarta entrega de «Campanilla» ha contado con la supervisión personal de John Lasseter, quien ha querido darle la calidad suficiente para su estreno en salas de cine con todos los honores. El hecho de que estas películas vayan dirigidas a las niñas más pequeñas, no tiene que implicar una menor calidad de producción, por lo que el tratamiento que se le ha dado al lanzamiento es el de una cuidadísima animación de tecnología puntera.

Fiel a su credo, Lasseter no deja que los efectos visuales se coman a la historia, y si bien las imágenes digitales que simulan el hielo que forma el mundo prohibido para Campanilla de Los Bosques de Invierno son perfectas, lo es mucho más el guión que hace tan entretenida y entrañable esta odisea sobre el difícil equilibrio entre las estaciones.

El diseño de personajes es inagotable, junto con la inventiva que dota de un «todo es posible» a situaciones que en cualquier otra película infantil darían mucho menos de si. Ideas delirantes e increíbles se van sucediendo con absoluta naturalidad, como la moda de ropa hecha con hojas, las sanadoras naturales, los guardalibros, la fábrica de nieve móvil, el árbol de polvo dorado, etc.