Hu Jintao logra que el PCCh asuma el legado de su presidencia de China
Quizás a cambio de su renuncia a mantener el control del Ejército chino más allá de su presidencia -tal y como hizo su predecesor, Jiang Zemin-, Hu Jintao ha logrado que el recién clausurado Congreso del PCCh incluya en sus estatutos la idea-fuerza que ha guiado sus dos legislaturas, el «concepto de desarrollo científico». Por lo que toca a su sucesión, todo apunta a una solución de compromiso entre las dos almas que mandan a día de hoy en el partido.
Dabid LAZKANOITURBURU
El Partido Comunista Chino (PCCh) clausuró ayer su XVIII Congreso eligiendo un nuevo Comité Central del que se conocerá hoy el núcleo duro que regirá los destinos del gigante asiático en el próximo decenio.
La Cuarta Generación, personificada en el todavía presidente, Hu Jintao, queda fuera del Comité Central, de 205 miembros y 171 suplentes.
No obstante, Hu ha logrado que el Congreso revisara los estatutos del partido para elevar el «concepto de desarrollo científico» al panteón de las doctrinas de sus predecesores. Junto con Marx y Lenin, el pensamiento de Mao Zedong, las aportaciones de Den Xiaoping y la «teoría de las tres representaciones» de Jiang Zemin componen este corpus ideológico.
El primer ministro, Wen Jiabao, y el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Wu Bangguo, así como otros cinco hasta ahora miembros del Comité Permanente del Politburó quedan asimismo fuera del Comité Central, que renovó el 50% de sus miembros.
Más sonoras fueron las no reelecciones del ministro de Comercio, Chen Deming, del gobernador del Banco Central, Zhour Xiaochuan, y, sobre todo, del hombre de negocios Liang Wenwen, en su día el primer empresario privado aceptado como miembro del PCCh de la mano precisamente de la «teoría de las tres representaciones» de Jiang. La sorpresa llegó con la permanencia en el Comité Central de Ling Jihua, secretario personal del presidente Hu, a quien se creía caído en desgracia después de que su hijo muriera al estrellar su Ferrari en marzo en Pekín.
Quinielas
Quienes sí están en el renovado Comité Central son Xi Jinping y Li Keqiang, candidatos a secretario general del partido-presidente de China y primer ministro, respectivamente. De hecho, son los dos únicos miembros del Comité Permanente del Politburó que, de no mediar terremoto político de última hora, se mantendrán en el máximo órgano cuando su composición se haga pública hoy.
Horas después de clausurado el Congreso, la televisión estatal hizo públicos, uno a uno, los nombres de los nuevos miembros del Comité Central y no pasó desapercibido que destacara, junto a los dos líderes anunciados, a Wang Qishan, quien obtuvo un puesto importante en la renovada Comisión de Disciplina del partido. Los sinólogos apuntan a que el experto y economista liberal podría ser designado hoy número dos del PCCh y, ya en marzo, presidente de la Asamblea Nacional Popular, cuando hasta ahora apuntaba como favorito Yu Zhengsheng, líder del partido en Shanghai.
Zhengsheng figura en la lista de otros siete miembros del Comité Central y principales candidatos al Comité Permanente del Politburó (que tendrá nueve o siete miembros). Se trata de Liu Yunshan (jefe de propaganda), Liu Yandong (consejera de Estado y la mujer con más poder del Gobierno), Liu Yuanchao (jefe de organización) y los líderes locales del partido en Guangzhou (Cantón), Wang Yan; en Chongqing, Zhang Dejiang, y en Tianjin, Zhang Gaoli.
Quedan en principio fuera de las quinielas que se manejaban al principio del Congreso Hu Chunhua, protegido de Hu, y Meng Jianzhu, ministro de Seguridad y miembro del Clan de Shanghai.
La ceremonia de clausura del XVVIII Congreso terminó con el voto secreto y en urnas del Comité Central y con el canto al unísono de La Internacional por los más de 2.000 delegados.
Contra lo que habían anunciado a coro varios medios de comunicación occidentales, no hubo en las enmiendas a la Constitución del partido referencia alguna a un proceso de desmaoización -retirada del pensamiento Mao del corpus ideológico del partido-. Algunos sinólogos habían augurado un giro en este sentido en el marco del castigo a los sectores neomaoístas, que algunos han personificado en el defenestrado jefe del partido en la gran urbe de Chongqing, Bo Xilai.
El cambio que sí se inscribió en los estatutos del partido fue la «necesidad de promover el progreso ecológico» en el marco del «esfuerzo por construir una China hermosa y conseguir un desarrollo duradero para la nación».
Este giro sobre el papel, que los analistas no habían anticipado, se produce después de una oleada de protestas en ciudades chinas contra la construcción de fábricas altamente contaminantes, protestas con enorme seguimiento y que, en algunos casos, obligaron a los gobiernos locales a cancelar algunos proyectos. En la clausura también se hizo hincapié en continuar la reforma y apertura, «un rasgo prominente en el nuevo periodo de China», así como en la lucha contra la corrupción, otro de los puntos que ha generado más descontento popular que fue destacado en su despedida por el presidente saliente Hu. GARA