El Fondo de Población de la ONU (UNFPA) presentó ayer en la Royal Society de Londres su informe sobre el estado de la población mundial, centrado en las medidas para controlar la natalidad y titulado «Por elección, no por azar».

Esta agencia internacional apoya programas de salud reproductiva, especialmente del control de la natalidad y la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, sobre todo en los países pobres.

Según el documento, el acceso a la planificación familiar en los países en vías de desarrollo puede ayudar a reducir en 14.012 millones de euros al año los costes sanitarios de las mujeres que dan a luz.

El director ejecutivo del UNFPA, Babatunde Osotimehin, explicó a Efe que el problema de la falta de información y de suministro de anticonceptivos no se debe a la ausencia de recursos, sino a «las prioridades de los gobiernos. Es una cuestión de voluntad política, de ponerlo en marcha». Osotimehin indicó que en sus visitas a distintos países habla no solo con jefes de Gobierno, sino también con parlamentarios para convencerlos a que incluyan la planificación familiar en sus presupuestos.

Según este organismo, el acceso al control de la natalidad es un derecho humano esencial que ayuda al desarrollo económico. Al menos 222 millones de mujeres en las naciones en vías de desarrollo no disfrutan de este derecho, asevera el informe, que estima que habría que contar con 3.218 millones de euros adicionales para atender las actuales necesidades, teniendo en cuenta que la población juvenil está en aumento.

«El incremento del acceso a la planificación familiar ha demostrado ser una buena inversión económica», resalta el documento, que añade que ignorar estos derechos de la mujer puede llevar al incremento de la pobreza, la exclusión social, la mala salud y la desigualdad de género.

El informe de la UNFPA destaca los enormes beneficios de que pueden disfrutar las mujeres con un acceso al control de la natalidad, puesto que les permite elegir el número de descendientes que desean y ayuda a todos a tener una vida más larga y saludable. En concreto, se estima que si 120 millones de mujeres tuvieran acceso a la planificación familiar se evitaría la muerte de tres millones de bebés en su primer año de vida.

Según explicó Osotimehin, la posibilidad de una pareja de decidir cuándo y cuántos niños quiere tener ayuda a un país a salir de la pobreza y también a las mismas mujeres, puesto que estas tienen acceso a la educación y contribuyen a la producción económica.

No obstante, el problema no solo afecta a países en vías de desarrollo. Por ejemplo, en Estados Unidos los embarazos entre las adolescentes reducen en un 10% las posibilidades de que estas jóvenes de continuar con los estudios superiores.