Tras la huelga general, una reflexión colectiva
La huelga general convocada por UGT y CCOO en el marco de la jornada de acción y solidaridad a nivel europeo ha tenido un seguimiento limitado en Euskal Herria. Más allá de la habitual guerra de propaganda entre sindicatos y patronal, del ridículo debate de cifras, puede decirse que, atendiendo a territorios y sectores, la conclusión es clara: quienes y donde secundaron la huelga del 26-S convocada por ELA y LAB, por regla general, no se han sumado a esta convocatoria, y viceversa, allá donde no la secundaron han hecho suya la convocatoria de ayer. Salvo excepciones, pocos son los que han hecho huelga dos veces. Esta división, reflejo de un sindicalismo fragmentado, ha generado desafección y no pocas controversias, y plantea una necesaria reflexión que incumbe a la huelga como instrumento. Pero de la que no se libran los sindicatos como sujetos para la confrontación contra el saqueo organizado de los bienes públicos y el empobrecimiento generalizado de la población.
No son motivos los que faltan para la huelga general. Pero esta, como acción colectiva, muestra síntomas de agotamiento en su alcance, derivados de su previsibilidad y su no puesta al servicio de otras iniciativas. Se echa en falta una innovación del repertorio de respuestas que genere incertidumbre y renueve movilizaciones y discursos, que se asiente sobre un ejercicio de desobediencia expresa, sobre un desafío popular masivo y sostenido que fuerce los límites sistémicos y afiance el contrapoder en torno a un nuevo modelo social, productivo y fiscal. Es necesario reconocer que la protesta sindical, aunque imprescindible, da muestras de su insuficiencia.
Los sindicatos de Euskal Herria tienen motivos para una reflexión táctica y un nuevo pensamiento estratégico. Al margen de todo tipo de querellas internas, y frente a las políticas de austeridad extrema que demuestran día sí y día también su capacidad de destrucción social, ha llegado el momento de apostar colectivamente por algo distinto, desde el reconocimiento y en conexión con el sentir de este país ciertamente diferente.