Casilda Hernáez Vargas o «Casilda, la miliciana», como pasó a la historia, es la protagonista de una publicación que narra su historia recogida de sus propios labios por Luis Jiménez de Aberastui.

Casilda Hernáez fue una militante anarquista donostiarra que falleció hace veinte años. Ella nunca llegó a aceptar el apelativo de «miliciana» -prefería ser considerada como combatiente o revolucionaria-, y es que esa solo fue una de sus facetas.

Desde su adolescencia participó en el movimiento libertario, destacó como activa sindicalista, fue pionera del feminismo y de la propaganda de una vida en contacto con la naturaleza.

Durante la huelga de 1934 fue detenida cuando transportaba explosivos en una cesta y fue condenada a 29 años de prisión por ello. Sin embargo, no llegó a cumplir la condena y fue liberada en 1936 con el triunfo del Frente Popular, de manera que llegó a tiempo para participar en la resistencia de los donostiarras que evitaron que los militares tomaran la ciudad.

Luchó hasta que cuando cayó la República se vio obligada a exiliarse. También fuera de Euskal Herria se unió a la resistencia. Ella y su compañero Felix Likiniano, afincados en Biarritz, ayudaron a los exiliados vascos hasta que falleció en 1992.

Presentación esta tarde

Luis Jiménez de Aberastui es el fundador de la editorial Txertoa, pero también es autor, y es por eso que ha decidido escribir esta biografía sobre Casilda Hernáez.

El libro «Casilda miliciana - Historia de un sentimiento» será presentado esta tarde, a las 19.30, en la librería Kaxilda situada en el barrio de Amara de Donostia.