Pocos días después de que hubieran tenido lugar las elecciones autonómicas en la CAV, Koldo Mediavilla dibujaba en su blog el escenario que, a su juicio, va a tener que recorrer Iñigo Urkullu cuando sea investido «lehendakari de un país en crisis» (koldomediavilla.blogspot.com.es). El artículo en cuestión llevaba por título «Un par de zapatos», aludiendo a uno de los mensajes reiterados durante la campaña por el candidato a lehendakari -«tendrá los pies en el suelo»- y al calzado que, según Mediavilla, deberá utilizar Urkullu para atravesar esta difícil etapa marcada por la crisis económica.

Mediavilla, que ha integrado la comisión negociadora del PNV que se ha reunido con el resto de fuerzas parlamentarias tras los comicios, descartaba de entrada que Urkullu fuera a calzarse zapatos de charol, porque «no es tiempo de bailes ni de festejos», ni botas de monte, porque «no son buenas para conducir, pues minoran la sensibilidad de los pies para acelerar o reducir la marcha». Su consejo era este: «Fina suela antideslizante que le permita dar zancadas seguras, a sabiendas de que, pese a la irregularidad del firme, no perderá la estabilidad. Material flexible, que le posibilite adaptarse a cualquier terreno. Y, al mismo tiempo, un ajuste acordonado, que haga de su zapato una prolongación natural de su pie, de su cuerpo y de su creencia motriz».

De momento, los pasos que ha dado Urkullu en su expedito camino hacia Ajuria Enea están dejando huellas muy preocupantes: con el apoyo de poco más de un tercio del nuevo Parlamento de Gasteiz, el presidente del EBB ha optado por recorrer el primer tramo de la legislatura en solitario y, observando cómo ha transcurrido el brevísimo periodo de negociaciones (por llamarlo de alguna manera), da la impresión de que el PNV ha elegido esa senda sin caer en la cuenta de que tener más escaños que ningún otro grupo no supone contar con una mayoría holgada.

Supongo que, a estas alturas, Mediavilla se ratificará en la conclusión de su artículo: «Seguro que Urkullu es capaz de encontrar los zapatos adecuados para iniciar el viaje que la sociedad vasca le ha confiado emprender». Yo, en cambio, considero que ha comenzando dando un importante traspié que le puede llevar a darse de bruces contra el suelo.