La Liga ACB Endesa llega a Zurbano y, una vez más, la competición doméstica se presenta como el bálsamo adecuado. Cierto es que el Obradoiro está protagonizando un buen arranque, pero los distintos varapalos sufridos en Europa no pueden tener continuidad en la ACB, o el concierto de pito del último cuarto ante Olympiacos puede ser un juego de niños.

«No podemos seguir así. No hay excusas, los jugadores tenemos la culpa porque jugamos como perdedores», declaraba un muy autocrítico -y cuestionado- Maciej Lampe. El pívot polaco añadía que «nos falta un poco de confianza, pero en casa no podemos jugar así, porque la afición no se lo merece. El vestuario está mal, cabizbajo, pero esto lo tenemos que arreglar nosotros en la cancha».

Un ojo en el entrenador

La rueda de prensa tuvo un corolario incómodo, cuando la prensa gasteiztarra intentó preguntar con circunloquios a Dusko Ivanovic si «todo el vestuario está con él o no». Ivanovic agarró el toro por los cuernos y afirmó tajante que sí, amén de añadir que «si un jugador no tiene carácter o mentalidad, es el grupo quien debe ayudarle a llegar a que lo tenga».

Sin embargo, las cosas no deben ser tan sencillas en las profundidades baskonistas. Según la web tubasket.com, el preparador de Bijelo Polje está en la cuerda floja, tanto, que su destitución es una opción real.

Una opción real, pero remota, salvo que no se enderece el camino en Europa y se comience a fallar en la ACB.