La Organización de la Cooperación Islámica (OCI) pidió ayer en Yibuti a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que «salven de un genocidio» a la minoría musulmana rohingya de Myanmar, considerada como una de las más perseguidas del mundo.

Mahamud Ali Yussuf, presidente en ejercicio de la OCI y ministro yibutiano de Relaciones Exteriores, expresó su deseo de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lleve en su histórica visita de mañana a Rangún «un mensaje fuerte al Gobierno birmano para que proteja a esta minoría, sometida a una política opresiva y a un genocidio». Cerca de 800.000 rohingyas viven confinados en el Estado de Rakhine, al oeste de Myanmar. Constituyen una minoría musulmana apátrida que no es reconocida ni por el Gobierno birmano ni por la vecina Bangladesh, donde miles de ellos han buscado refugio.

Los enfrentamientos registrados en octubre entre budistas de la etnia rakhine y musulmanes rohingya dejaron un centenar de muertos y más de 120.000, en su mayoría rohingya, tuvieron que salir huyendo. Cerca de dos centenares murieron en varios naufragios tratando de llegar a Bangladesh.