El Alavés no pudo celebrar la sexta victoria consecutiva. Lo impidió otro de los gallos del grupo, el Lleida, pero también el propio conjunto albiazul que, después de haber hecho lo más difícil, adelantarse, cometió un par de errores en la recta final que le privaron de dos puntos. El empate, al menos, permite al equipo de Natxo González mantener el liderato.

Con dos delanteros rivales presionando, el Alavés se mostró especialmente espeso en la salida de balón. Los ilerdenses controlaban, se anticipaban en los balones divididos y amenazaban con asaltar Mendizorrotza. Hasta tal punto que Natxo González puso a calentar a tres hombres del banquillo antes de que se cumpliera la primera media hora. Y es que, menos tensionados que de costumbre, los albiazules se veían lentos e imprecisos, facilitando el repliegue de un Lleida que, por el contrario, sí se acercaba con peligro a la portería de Urtzi. Poco le faltó para marcar con un disparo lejano que se fue lamiendo el palo y con una falta ensayada que Beobide salvó in extremis. La solitaria respuesta local llegó con un remate a bocajarro de Manu García, a la salida de un córner, que atajó sin problemas Pau Torres.

Mejor tras el descanso

Cambió la decoración tras el descanso, con el Alavés imprimiendo más ritmo a su juego y moviendo el esférico con mayor velocidad. Pero los centros carecían de precisión y las difcultades para la zaga ilerdense eran mínimas. Algo sí se consiguió. El equipo catalán empezó a ceder metros de terreno, lo que forzó a su técnico a retocar el once.

No le sirvió de mucho porque, sin asentarse los hombres de refresco, Manu García aprovechaba, esta vez sí, un saque de esquina para marcar. La ventaja animó a los gasteiztarras, que pasaron a dominar por completo a un rival que apenas se asomaba en alguna contra.

Fruto de ese dominio llegó un mano a mano que Viguera desperdició ante la salida de Pau Torres. También el penalti que Guzmán envió a las nubes, el primero de los errores que acabaría privando al Alavés del triunfo. El Lleida tiró del otro fútbol para cortar el ritmo y descentrar a su rival. Lo consiguió. Fallaron los centrales locales, regalando el balón a Milla, que no desaprovechó la ocasión.

Faltas, protestas, disputas verbales y alguna tangana consumieron los minutos restantes sin que el Alavés encontrara de nuevo la puerta.

ALAVÉS - LLEIDA

Luismi

Reapareció tras su lesión en un partido con demasiado trabajo para meter mucha intensidad en banda izquierda. Fruto de ello llegó el penalti que cometieron sobre el propio futbolista. Generó bastante peligro con su movilidad.