PROYECTOS QUE CREAN EMPLEO

Taller en el comedor de París 365: ofrece formación, salario y ayuda para la inserción laboral

Maider IANTZI | IRUÑEA

La coordinadora de proyectos Eliana Alemán nos cuenta que en 2009 pusieron en marcha en la calle San Lorenzo de Iruñea el comedor solidario París 365 y una asesoría jurídica para inmigrantes. Tenían claro que era importante atender una necesidad básica como la alimentación y que tenían que procurar ir a las causas que generan la pobreza y la exclusión, que fundamentalmente es la falta de trabajo. Con el programa Bizikasi, se propusieron empezar a trabajar la formación para el empleo aprovechando las instalaciones. A la par, experimentaron un proyecto piloto de catering para saber si vendiendo un servicio de alimentación podían obtener recursos para financiar el comedor y generar empleo para personas desempleadas y sin prestaciones, que es el perfil del usuario de París 365, donde se sirven menús a 50 céntimos la comida y otros 50 la cena.
Así surgió la idea de presentar un taller de empleo al Gobierno de Nafarroa y al servicio navarro de empleo.
«Lo que permite es que durante seis meses quince alumnos puedan recibir una formación de cocina de colectividades y, a la vez, un salario. Además, tenemos el compromiso de ayudarles una vez terminen el taller a que consigan un trabajo en el mercado ordinario».
Alemán añade que, como es natural, lo que preparan junto con la profesora cocinera se sirve en el comedor solidario. Los alumnos también están aprendiendo cómo elaborar menús, contactar con clientes, hacer un pequeño presupuesto… Y para eso la informática es fundamental. También han incluído el capítulo de autogestión de pequeños negocios.

Muy motivadas
Gustavo Muñoz, director del taller, nos atiende tras supervisar las prácticas de restaurante bar. Comenzaron con el curso el 12 de noviembre y hace una valoración muy positiva, ya que además de que es un proyecto «bien organizado y muy completo», las personas que están viniendo se encontraban en paro, deseaban trabajar y están muy motivadas. «Está siendo muy gratificante porque vemos que están muy ilusionadas. Responden muy bien a la participación de las clases, trabajando en equipo».
Los requisitos que debían cumplir los alumnos eran tener interés en trabajar en hostelería y estar participando activamente en un itinerario de inserción. Su perfil es muy variado: son nueve mujeres y seis hombres, principalmente de unas edades comprendidas entre 30 y 45 años. Tienen personas de más de 55 años, que es posible integrarlas laboralmente. Hay gente de aquí y del extranjero, y de minorías étnicas como la comunidad gitana. En esta variedad el ambiente está siendo fenomenal.
Quieren que la metodología sea una pedagogía práctica y, en colaboración con empresas, van a dar clases específicas sobre el mundo del vino o del café. El servicio de catering París 365 es una de las opciones de la inserción laboral. En cualquier caso, intentarán que los alumnos sean cada vez más autónomos en la vida laboral.