En 2009, el escritor sueco Hennning Mankell anunció que ponía fin a la exitosa saga en torno al inspector Wallander, el inspector más de carne y hueso de los últimos años, que ha tenido un éxito arrasador en las listas de ventas (las tiradas de sus libros han alcanzado los más de 30 millones de ejemplares). Pero todavía queda una entrega más: uno que escribió hace dos décadas y que se publicará a principios de 2013. «En realidad escribí el libro hace veinte años, pero por razones extrañas fue publicado en un único país», ha explicado esta misma semana Mankell. La novela, que según datos de la editorial todavía no tiene título, apareció publicada en los años 80 únicamente en Holanda.

El escritor, que compagina la escritura con el activismo político y cultural -estuvo en la flotilla de la libertad en 2010 y dirige desde hace años el Teatro Nacional Avenida de Mozambique- anda de gira de promoción por Europa de su último trabajo, «Un ángel impuro» (Tusquest).

El estadounidense Michael Connelly, por su parte, también está de promoción de su «La caja negra», con el que ha ganado el premio internacional RBA de novela negra. Bosch se enfrenta a una frustración del pasado, un caso que no pudo resolver y que se ha mantenido como una espina clavada durante veinte años, un tiempo que, con ayuda de las nuevas tecnologías, le permitirá afrontar el asesinato desde un nuevo punto de vista. Esos veinte años son también los que ha necesitado el autor para hacer de una experiencia personal el eje narrativo de una novela: su participación casi traumática como periodista en la cobertura informativa de los disturbios raciales de Los Ángeles en 1992 a raíz de la absolución de los agresores a Rodney King.

Tras esos veinte años de serie, Harry Bosch tiene ya 62 años y, en una entrevista con Efe, su propio «padre literario» ve cercana su jubilación: «Probablemente tenga que retirarse en tres años, pues si quiero mantener realismo en el personaje, no va a poder seguir haciéndolo a determinada edad». Pese a ello, considera Connelly que ese retiro no necesariamente supondrá el final de la saga: «La trayectoria de Harry como policía quizá esté llegando a su final, pero eso no impide que en otras novelas se pueda explorar su pasado, su participación en Vietnam, su relación con su hija y otros espacios vacíos de su vida».