Al menos ocho personas murieron ayer y 22 más resultaron heridas a consecuencia de una explosión registrada en el trans- curso de una procesión chií en el oeste de Pakistán. Entre los heridos hay cuatro niños.

La detonación ocurrió en el área de Banu Chungi, de la ciudad de Dera Ismail Khan, y según dijo la Policía a Efe, se debió a una bomba compuesta por diez kilos de explosivos que, escondida entre basuras junto a la mezquita de Karim Khan, estalló al paso de una pequeña procesión, pese a las medidas extras de seguridad debido a que en los últimos días se han multiplicado los ataques de los talibanes -que asumieron también el atentado de ayer- contra los peregrinos chiíes.

Ayer era el noveno día del mes de Muharram, una importante jornada festiva para los chiíes, una quinta parte de la población paquistaní, mayoritariamente suní. En el noveno y décimo días, los seguidores de esta rama del Islam, considerada herética por los radicales suníes, recuerdan el martirio del imán Hussein, nieto de Mahoma y uno de los fundadores del chiísmo. Los chiíes, que se concentran para celebrar la ashura, han sido objetivo frecuente de atentados sectarios, como las tres explosiones del 21 de noviembre que dejaron 27 muertos en Rawalpindi y Karachi.

El Gobierno paquistaní dice haber dispuesto férreas medidas de seguridad para proteger las celebraciones, tras obtener informaciones de Inteligencia que alertaban de ataques.