IBILIZ IBILI | ANTXON ITURRIZA "Aizpel"
Albako Harria desde Arbuzuko Erreka por las cumbres de Baztan y Kintoa
Si recorrer los paisajes de Baztan siempre es un deleite, en los meses de otoño este placer alcanza su máxima dimensión estética. Hoy vamos a proponer a nuestros lectores un atractivo itinerario que, siguiendo la lógica geográfica de los cordales, describe un circuito completo en torno a la barranca de Arbuzko Erreka, pasando por la cumbre de Albako Harria.
Para ir al encuentro del punto de inicio de este recorrido deberemos llegarnos hasta la preciosa villa baztandarra de Irurita y desde allí tomar la carretera que marcha al encuentro del puerto de Artesiana. Recorridos 2 kilómetros llegaremos a un cruce identificable por la pequeña central eléctrica que se encuentra próxima al mismo. Tomaremos allí el ramal de la izquierda (panel indicador de Martintoneko borda) para recorrer por esta estrecha carretera poco más de 1 kilómetro hasta localizar a la izquierda una antigua borda, donde dispondremos de espacio para aparcar.
Retrocediendo unos 20 metros desde este punto, se encuentra el arranque de un viejo sendero empedrado que nos permitirá ascender hasta los caseríos del barrio de Meaka (25 min). Pisamos ahora la pista de cemento que llega desde la carretera del puerto de Artesiaga hasta la primera curva. Desde ella abordaremos junto a la alambrada una senda que nos lleva en pocos pasos a confluir con una pista de tierra.
Este carretil nos acompañará hasta que salga a nuestro encuentro por la derecha un ramal ascendente (45 min). A través de un precioso hayedo desembocamos en un amplio collado (1,25 h). Frente a nosotros se perfila ya la mole boscosa de Trepako kaskoa, hacia la que vamos a encaminarnos.
En adelante, la ruta a seguir tendrá en todo momento como referencia la sucesión de puestos de caza y los tenues senderos que los unen ganando altura siempre sobre el filo del cordal (no tomar pistas ni senderos laterales). Tras un largo repecho, el bosque queda atrás y ante la vista se alza despejada la cumbre de Trepako bizkarra (1.020 m) (2h).
Los horizontes se abren ahora a todos los rumbos. Descendemos hacia el marcado collado de Oialegi. Una cruz de hierro recuerda una muerte en la montaña allá por 1945. Afrontamos a continuación otro duro repecho siguiendo las marcas de las rodadas hasta alcanzar las alturas que marcan la muga entre Baztan y las tierras de Kintoa. Estamos a 1.200 metros en Iparraldeko kaskoa, en la confluencia de los cordales de la divisoria de aguas (2,45 h).
A partir de este punto y por terreno despejado nuestro rumbo apuntará hacia el NO y seguirá el marcaje de la GR-11. Cruzamos una alambrada y vamos rodeando por su ladera sur la cumbre rocosa de Hargintzu. Bajo ella encontramos el menhir tumbado de Luursu. Más adelante, el balizaje de la GR-11 nos lleva a cruzar de nuevo la alambrada, para iniciar un suave descenso hacia el bosque (3 h). Llegaremos así a una borda de cazadores y a la charca de Basarana (3,15 h).
Una pista que avanza hacia el norte, flanqueada por los puestos de caza de Autringo lepoa, nos encamina hacia la ya cercana cumbre de Albako Harria. A la izquierda queda el menhir de Autrin marcando junto a la alambrada la muga de Kintoa.
Bajo las rocas cimeras de Albako Harria, buscaremos en la ladera Este el inicio de un sendero que nos permitirá adentrarnos en el laberinto de rocas que corona esta montaña. Una última trepada entre los bloques nos sitúa en lo alto de Albako Harria (1.074 m) (4,10 h).
Descenderemos por el mismo camino hasta la zona herbosa para reencontrarnos en la ladera con el balizaje de la GR-11. Esta referencia nos dirigirá hacia el collado de Urballo (890 m) (4,30 h). En este paso ignoramos la pista, para seguir las marcas de la GR-11 por un sendero que discurre en paralelo por una cota inferior hasta confluir más adelante con la propia pista.
El promontorio rocoso que domina el collado de Bailegi nos servirá ahora de referencia. Tras una curva cerrada, la pista nos encamina hacia el aislado caserío que se levanta a la sombra del peñasco (605 m) (5,10 h).
Desde la puerta del caserío descendemos unos metros hasta encontrar a la derecha una alambrada que nos abre el paso a una campa en la que se levantan en otoño metas de helechos. Seguiremos unos minutos por una senda trasversal hasta tener bajo nosotros otra campa despejada con varias metas en su entorno. Bajaremos hasta ella. Ya no tendremos más que continuar el descenso directo por la ladera hasta dar con una pista. Tomando hacia la izquierda llegaremos en pocos minutos hasta un grupo de caseríos, ya al borde de la carretera. Aproximadamente 1,5 km de asfalto nos separa del punto de partida (290 m) (6 h).