«Manifestamos nuestro total acatamiento al cese unilateral de acciones ofensivas (...) Si la fuerza pública pretende atacar a nuestras unidades guerrilleras, estas se encuentran en su legítimo derecho a la defensa y actuarán en conformidad con este principio», afirmaron las FARC en una nueva declaración leída en La Habana por su equipo negociador en los diálogos de paz con el Gobierno colombiano.

Las FARC acusaron al Ejército de haber simulado enfrentamientos armados el pasado día 20 -cuando entró en vigor el alto el fuego- en una zona rural del Cauca «haciéndolo pasar como un combate con las FARC-EP» para responsabilizar a la guerrilla de incumplir su propia tregua.

Los guerrilleros negaron que sus unidades participaran en esa acción, dijeron que «se trató de una peligrosa pantomima del Ejército» y reclamaron que organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos lo verifiquen, informó Efe.

«Esta estrategia de armar shows mediáticos y falsos positivos televisivos es de vieja usanza por parte del Ejército en la región. Por esa razón, ni los campesinos ni los indígenas del Cauca le dan un ápice de credibilidad», añadieron.

Las FARC insistieron en sus críticas al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y a altos mandos militares colombianos por «dispararle al proceso de diálogo» y llamaron al Ejército y a la Policía a sumarse a la solución política al conflicto que padece Colombia desde hace medio siglo.

«Ya basta de derramamiento inútil de sangre. Es justo que aprovechemos esta hora y hagamos un esfuerzo todos los colombianos para que la salida política sea la vía para que se construya el sueño y la esperanza de los colombianos: la paz con justicia social», manifestó el guerrillero Rubén Zamora.

Los negociadores de las FARC y del Gobierno de Colombia continuaron ayer sus conversaciones en La Habana.

Hoy se cumple una semana desde que comenzó en la capital cubana la fase de negociaciones formales entre el Gobierno y la guerrilla, que se desarrollan bajo un total hermetismo sobre el contenido de esas reuniones.

Las FARC hicieron coincidir el arranque del diálogo con el anuncio de un alto el fuego unilateral entre el 20 de noviembre y el 20 de enero como «muestra de buena voluntad para el desarrollo» del proceso para intentar la paz. Frente a esa decisión, el Gobierno ha mantenido su postura de ordenar que continúen las operaciones militares.